Defender la educación de los hispanos en un país liderado por Trump

Sus padres siempre le enseñaron a servir a otros. Interesado en crear leyes en favor de los menos favorecidos en las escuelas públicas y en las parroquias, el peruano Anthony Vargas no ha olvidado su cultura. “Sé que existen miembros de nuestra comunidad hispana, que necesitan ayuda. Me interesé en la política para servir”, comenta durante un informe para la televisión peruana.

El ahora senador Vargas, está rumbo al Capitolio en Washington, representa al Partido Demócrata. Psicólogo de profesión, junto a su esposa Lorain, descubrió la belleza de servir a los demás a través de la política. Desde hace tres años, se ha dedicado a asistir las necesidades educativas de más de 50 mil niños, en las escuelas públicas de Nebraska.

Son 90 colegios públicos de la comunidad hispana en Omaha, estado de Nebraska, que alberga en sus escuelas niños y jóvenes cuyos padres en algunos casos indocumentados, no pueden ofrecer a sus hijos estudios universitarios.

Como miembro de la junta del distrito escolar, el funcionario público siempre hizo hincapié en la necesidad de escuchar las opiniones de los padres de familia, cuando se gesta algún cambio en la formación de sus hijos.

Según el portal Latin Times, el hijo de padres peruanos inmigrantes, hizo historia al convertirse en el único latinoamericano en ocupar este cargo en el estado de Nebraska.

Acompañado de su esposa, a quien conoció mientras estudiaba en la Universidad de Rochester, está decidido a enfrentar el nuevo parlamento con el republicano Donald Trump como el nuevo mandatario.

“Mi meta es seguir impulsando políticas educativas en beneficio de los integrantes de esta comunidad durante estos cuatro años”, indica.

“Las universidades como Harward y Yale no están al alcance de quienes somos hijos de inmigrantes” comenta Vargas. Jaime Ballesteros, por ejemplo, es un niño filipino, quien llegó a estados unidos a los 11 años, cuando su padre contador de profesión, obtuvo una visa vinculada a su trabajo.

Pasaron los años y Ballesteros se hizo maestro gracias a una beca recibida por la Universidad de Drew en New Yersey. El sueño de éste joven se cumplió, pero tuvo que padecer en el intento por más de un año cuando pasaron de vivir el sueño americano a convertirse en una familia de fugitivos.

Es por eso que ahora su trabajo se centrará en promover políticas de educación y salud que busque el desarrollo intelectual de los pobladores hispanos, menos favorecidos en Omaha, Nebraska.