El Papa a minoría católica en Bulgaria: “Ser los santos que esta tierra necesita”
Predicó sobre la esperanza de la Pascua, pues Dios llama para salir de la “psicología del sepulcro” que tiñe todo “de resignación, haciendo que nos apeguemos a una tristeza dulzona que, como polilla, corroe toda esperanza”.
Francisco indicó que la mayor amenaza para una comunidad está detrás del “gris pragmatismo de la vida” y alertó sobre los peligros del “consumismo”, en el país, que intenta integrarse en el modelo económico de la Unión Europea.
En su primera celebración eucarística en el país ex comunista, Francisco lució una estola blanca bordada con hilos dorados al estilo ortodoxo con símbolos cristianos, un regalo de los anfitriones.
Entretanto, instó a los católicos, en un país de mayoría ortodoxa, a ser una Iglesia siempre joven.
“Una Iglesia joven, una persona joven, no por edad sino por la fuerza del Espíritu, nos invita a testimoniar el amor de Cristo, un amor que apremia y que nos lleva a ser luchadores por el bien común, servidores de los pobres, protagonistas de la revolución de la caridad y del servicio, capaces de resistir las patologías del individualismo consumista y superficial”.
Les invitó a estar enamorados de Cristo, “testigos vivos del Evangelio en cada rincón de esta ciudad. No tengáis miedo de ser los santos que esta tierra necesita”, dijo.
Dios sorprende
“Es el Señor de las sorpresas que no sólo invita a sorprenderse sino a realizar cosas sorprendentes”. “Es el Señor de las sorpresas que rompe los encierros paralizantes devolviendo la audacia capaz de superar la sospecha, la desconfianza y el temor que se esconden detrás del “siempre se hizo así”, afirmó.
Dios nos ama
“Dios es más grande que toda limitación o pecado. Uno de los grandes dolores y obstáculos que experimentamos hoy, no nace tanto de comprender que Dios sea amor, sino de que hemos llegado a anunciarlo y testimoniarlo de tal manera que para muchos este no es su nombre. Dios es amor que ama, se entrega, llama y sorprende”.
A su llegada, 15.45 hora de Roma, Francisco saludó a los fieles búlgaros dando varias vueltas en el papamóvil. Además, dedicó algunos minutos a un grupo de religiosas ancianas que estaban entre la multitud y esperaban escuchar la misa que coincide con el II Domingo de Pascua.
Después de la misa, el Papa volvió a la Nunciatura Apostólica donde descansará para proseguir mañana el programa de su 29 viaje internacional que lo llevará también a Macedonia.
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