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Con o sin papeles, los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos están con el alma en vilo

Miles se agolpan frente a los despachos de los abogados, en las consejerías de las iglesias, en los consulados, en las universidades, la escuelas, en las oficinas del Congreso, frente a los grupos defensores de los derechos humanos, las organizaciones pro inmigrantes… Independientemente de su estatus legal, si tienen o no documentos: Donald Trump, el próximo presidente de Estados Unidos los aterra.

El Center for Immigration Studies, que aboga por una menor inmigración, explicó que el aumento de la actividad se debe a la incertidumbre sobre si el gobierno de Trump aplicará las leyes ya existentes o cumplirá con sus amenazas de campaña de echar del país un número millonario de indocumentados con antecedentes penales, según lo reporta el periódico Los Ángeles Times en español.

Por su parte, la principal cadena de televisión hispana en Estados Unidos, Univisión, dio a conocer este fin de semana que la ciudad de Los Ángeles (California) ha decidido tomar acciones específicas, entre las que destaca la creación de un “defensor de inmigrante”, para prevenir que gran parte de sus residentes sean afectados con el plan de deportaciones masivas que ha anunciado el presidente electo Donald Trump.

Herb Wesson, presidente del Concejo Municipal de Los Ángeles, ciudad donde se concentra la mayor población hispana de Estados Unidos, presentó ante el propio Consejo una moción para preparar un plan que proteja a los inmigrantes con el argumento de que en la ciudad uno de cada cinco residentes podría ser afectado por la política migratoria que ha reiterado el presidente electo.

El jugoso botín de las remesas

Mientras todo esto sucede, analistas financieros mexicanos han anticipado un envío masivo de remesas desde Estados Unidos a sus familias en México. En lo que asume Donald Trump la presidencia (el 20 de enero de 2017) este país se encamina a otro nuevo récord anual en la recepción de remesas familiares en dólares.

Los analistas prevén que a finales de diciembre la cantidad acumulada será de alrededor de los 27.000 millones de dólares, mucho más de los 26.365 millones de dólares que se calculaban a mediados de año y 2.000 millones más de lo que se recibió en 2015.

Los economistas mexicanos calculan que con un impuesto del 5% propuesto por Trump para gravar las remesas y pagar el muro fronterizo, podría captar alrededor de 1.300 millones de dólares al año, una cantidad que en cuatro años cubriría el gasto de construir el muro que prometió en campaña, según reportó el periódico La Opinión.

El problema para los mexicanos se agudiza (y el miedo aumenta) porque, según Hayddé Reyes Soto, directora de programas de Be Foundation Derecho a la identidad, en Estados Unidos viven por lo menos 200 mil mexicanos que carecen de documento de identidad (acta de nacimiento), lo cual los pone en una situación de vulnerabilidad ante un eventual programa de deportación masiva como el que propone Donald Trump.

Así, estas personas quedarían a la expectativa, en tanto se demuestra su ciudadanía, afectando también a sus familias y propiciando separaciones de padres mexicanos y sus hijos que ya son ciudadanos estadounidenses.

Ante la posible repatriación masiva de indocumentados, Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, anunció que la próxima semana se reunirá con empresarios capitalinos para ver qué alternativas se les puede ofrecer a los miles de migrantes que podrían ser deportados en 2017, una vez que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos.

Por su parte, Federico Serrano, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora Manufacturera de Exportación, dijo que las empresas maquiladoras y manufactureras de exportación que operan en México tienen alrededor de 60 mil plazas que pondrán a disposición para emplear a los mexicanos que sean repatriados por Estados Unidos.

Según el acuerdo que firmaron el Consejo Nacional de la Industria Maquila Manufacturera de Exportación y el Instituto Nacional de Migración, los sueldos de los ‘repatriados’ rondarían entre los $8.000 y los $9.000 pesos mexicanos mensuales (unos 400-450 euros); un salario medio para México, pero extremadamente inferior al que ganaban trabajando en el otro lado de la frontera.

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