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Sara, una mujer de 81 años que es feliz ayudando a los niños necesitados

“Una abuela solidaria” y “luchadora social a favor de los niños”, así es reconocida por muchos integrantes en Tablada Nueva, zona de Bañado Norte en Asunción, Paraguay.  Se llama Sara Servián, una mujer destacada por su trabajo en la Coordinadora de Amas de Casa y famosa por dirigir desde hace más de una década el comedor “Mitã Raity”, lugar que da de comer periódicamente a más de 300 chicos.

Recientemente cumplió 81 años y lo festejó a lo grande con tallarines y acompañada de los suyos, estos pequeños y también por otros un poco más grandes, quienes no encuentran más que palabras de agradecimiento por todo lo que ha hecho por ellos en todo este tiempo.

Sara está en silla de ruedas y el día de su cumpleaños recibió un regalo que la alegró mucho, la imagen de la Virgen de Caacupé, patrona de Paraguay, envuelta en un papel azul transparente.

Es que desde hace un tiempo Sara padece una enfermedad que le impide desempeñar de la misma manera su misión, a pesar de que nunca aleja su pensamiento de la situación que por la que atraviesan sus pequeños.

El año pasado el Río Paraguay tuvo una crecida y el comedor se inundó. Sin embargo, Sara se mudó con los suyos a otro lugar y logró reponer la situación.

A Sara la hace feliz ayudar a los que lo necesitan, según comentó a diversos medios de prensa locales, y su anhelo es seguir haciéndolo.  Y Sara no tiene vergüenza y sigue pidiendo donaciones para poder seguir trabajando para sus niños del corazón.  “Todo esto es para los niños, no es para nosotros”, expresa.

Pero Sara no está sola y hay varios colaboradores voluntarios que también los pequeños puedan tener apoyo escolar y momentos de recreación.

La sobrina de Sara es una de las que ayuda en la ardua tarea y para ella es un orgullo poder trabajar con su tía, cuenta a Crónica de Paraguay.  “Ella es como mi mamá, el cariño que me da y que nos da es igual para todos, incluso para mis hermanos y también para los niños que vienen acá”, afirma.

A pesar de su situación, Sara no se cansa de luchar por sus niños y es un ejemplo de lucha y esperanza a pesar de todos los obstáculos y barreras, pues, en definitiva, ayudar a los más necesitados hasta el final es lo que la hace feliz.

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