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​Papa Francisco: “De la comunión y la armonía nace la fecundidad”

El Papa Francisco sueña con “una Iglesia que refleje y repita la armonía de las voces y del canto en la vida cotidiana”, unida en la diversidad, según expresó en su homilía durante el rezo de Vísperas en la catedral de Asunción, este sábado 11 de julio.
 
“Si la división entre nosotros provoca la esterilidad –dijo citando la Evangelii gaudium-, no cabe duda de que de la comunión y la armonía nace la fecundidad”. En este sentido, explicó que “todos tenemos limitaciones, y ninguno puede reproducir en su totalidad a Jesucristo”.
 
Señaló que “la belleza de la comunidad eclesial nace de la adhesión de cada uno de sus miembros a la persona de Jesús, formando un «conjunto vocacional» en la riqueza de la diversidad armónica”, e invitó a los católicos a comprometerse en la colaboración eclesial.
 
El Papa quiso destacar como una característica de toda vocación cristiana la humildad: “El llamado por Dios no se pavonea, no anda tras reconocimientos ni aplausos pasatistas, no siente que subió de categoría ni trata a los demás como si estuviera en un peldaño más alto”, advirtió.
 
Tomando la catedral de la capital paraguaya como símbolo de la Iglesia, indicó que “a veces las tempestades de afuera y de adentro nos obligan a tirar lo construido y empezar de nuevo, pero siempre con la esperanza puesta en Dios”.
 
Y dijo que la oración “hace emerger aquello que vamos viviendo o deberíamos vivir en la vida cotidiana, al menos la oración que no quiere ser alienante o solo preciosista”.
 
Tomando la cita de un salmo, Francisco afirmó que “somos nosotros las manos del Dios «que alza de la basura al pobre» y somos nosotros los que trabajamos para que la tristeza de la esterilidad se convierta en la alegría campo fértil”.
 
“Nosotros que cantamos que «vale mucho a los ojos del señor la vida de los fieles», somos los que luchamos, peleamos, defendemos la valía de toda vida humana, desde el nacimiento hasta que los años son muchos y las fuerzas pocas”, añadió.
 
Y finalizó con una referencia al campanario de la catedral de Asunción, rehecho varias veces: “Hechos de nuevo por Dios cada vez que rezamos, firmes como un campanario, gozosos de repicar las maravillas de Dios, compartamos el Magnificat y dejemos al Señor hacer, a través de nuestra vida consagrada, grandes cosas en el Paraguay”.

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