Los niños son la esperanza en una de las ciudades más violentas del mundo

Desde hace 37 años, la Iglesia católica de Honduras, en San Pedro Sula, le ha apostado a los niños como factores de cambio, en un país arrasado por la violencia y la corrupción; por las pandillas y la impunidad con la que éstas y otros grupos criminales actúan. 

El pasado domingo 2 de julio, la Conferencia Episcopal de Honduras emitió un duro comunicado intitulado "Diálogo por la paz social" que comenzaba diciendo: "Nuestro país se conmueve anta tanta corrupción, violencia, hambre e impunidad. Desde hace tiempo muchos hondureños y hondureñas hemos venido denunciando la injusticia social". 

Como parte de esa conciencia de cambio que quiere sembrar la Iglesia de Honduras ha dado inicio una campaña que busca enfrentar la corrupción, mediante la toma de conciencia de los ciudadanos, de los creyentes, particularmente los niños, adolescentes y jóvenes. 

Esto se ha hecho particular en la diócesis de San Pedro Sula (una de las tres ciudades más violentas de América Latina), en la que se busca combatir este flagelo de la corrupción que tanto daño causa a la sociedad hondureña y que ha hecho exclamar a los obispos de ese país centroamericano: 

"En un país donde se han roto muchas reglas jurídicas, morales y laborales, a fin de beneficiar a pocos que se enriquecen indebidamente, creemos que se debe seguir por el valiente camino de erradicar el crimen organizado, la delincuencia y el consumo de drogas que causa tanta destrucción a los jóvenes y a las familias", dijo monseñor Ángel Garachana Pérez, obispo de San Pedro Sula. 

Para ser honestos

En las semanas anteriores, Honduras ha enfrentado protestas populares y momentos de tensión frente a actos de corrupción que involucran a altos cargos del gobierno. 

"En este contexto de indignación por la corrupción llega la petición de denunciarla, para que todo salga a la luz: las causas, los responsables y las medidas que se deben tomar con el fin de conseguir una Honduras en la que vivir honestamente", dijo el obispo de San Pedro Sula, presentando la campaña diocesana anual. 

El prelado hondureño ha señalado, ante adultos y niños, que la necesidad más urgente del país en este momento es el testimonio cristiano de vivir honestamente. "El hombre honesto no es corrupto, es una persona íntegra, que dice la verdad, que no se guía por la mentira, que no se enriquece a costa de otros, que no vive en la injusticia", ha dicho monseñor Garachana Pérez. 

Y más adelante agregó: "En los niños está la mejor esperanza para el cambio, pero el peligro es grande, porque su inocencia en la recepción de las enseñanzas debe hacer frente a los malos ejemplos de los adultos en casa, quizás en la escuela y en la sociedad en general". 

Cabe señalar que la diócesis de San Pedro Sula lleva 37 años realizando la "Campaña Infantil" que tiene como objetivo involucrar a las familias en la construcción de una sociedad basada en los valores del Evangelio. 

Dirigida a familias, escuelas y grupos de todas las parroquias, la Campaña tiene por protagonistas a los niños. Este año el lema de la campaña es muy claro: "Usted puede reflejar la honestidad en el mundo".
 

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