El programa de refugiados más grande del mundo necesita mayor inversión

Estados Unidos sigue manteniendo el liderazgo mundial en aceptación de refugiados en el mundo. Sin embargo, todavía se encuentra retrasado en lo que respecta al servicio de superación de las barreras lingüísticas y en asignación de fondos para proveerles servicios.
 
Esto impide que los refugiados tengan posibilidades de una integración rápida y efectiva a la cultura estadounidense, según ha informado el periódico de la arquidiócesis de Washington "El Pregonero".
 
Una Babel moderna
 
Ciertamente, el esfuerzo que hace Estados Unidos no es menor. Entre 2002 y 2013, le abrió las puertas a 644.000 extranjeros refugiados de 113 países.
 
El número de idiomas en que hay que servir a los refugiados se ha incrementado de 114 en 2004 a 162 en 2013. Mientras que el número de nacionalidades pasó de 11 en 1980 a 64 en el 2013.
 
Igual de variados son el nivel de alfabetización en su idioma nativo y el nivel académico de los inmigrantes que llegan pidiendo refugio.
 
Esto plantea la existencia de un número muy considerable de expertos en idiomas y una canalización de recursos mucho más significativa que la que se ha realizado hasta la fecha.
 
No ha habido incrementos significativos en los fondos del gobierno federal para asistir a los refugiados desde la mitad de los años ochenta del siglo pasado.
 
"A pesar de que la población de refugiados que llega a este país viene con cada vez más diversidad de orígenes e idiomas, y algunos con poca educación, al pasar el tiempo la mayoría de ellos se integra exitosamente al mercado de trabajo y a la sociedad estadounidense", según detalla un reciente reporte del Instituto de Políticas de Migración (MPI, por sus siglas en inglés).
 
Una excelente inversión
 
Esto es importante: los refugiados que son aceptados en Estados Unidos, tienen un deseo inmediato de trabajar e integrarse a la cultura, pues a medida que pasa el tiempo, "los niveles de ingreso de los refugiados y los índices de participación en el sistema de asistencia pública casi se emparejan con los niveles de los estadounidenses nacidos aquí" señala el informe del MPI.
 
Al pasar el tiempo, los hombres refugiados presentan mejores índices de empleo (67 por ciento) que los que nacen aquí (62 por ciento). Esta población tiene un ingreso promedio de 31 mil dólares anuales pero, incluso después de dos décadas de residencia, sus ingresos se ubican en un 85 por ciento del promedio nacional.
 
Más de 20 años después de llegar a Estados Unidos tienen una dependencia ligeramente superior a la mayoría de la población. Un 16 por ciento recibe estampillas de comida y un 13 por ciento aprovecha los seguros públicos de salud.
 
La mayoría de los refugiados tienen poco dominio del inglés, lo que afecta el proceso de integración. Después de 20 años en Estados Unidos, solamente entre 5 y 10 por ciento de ellos avanzó en su educación y un 58 por ciento sigue con limitado dominio del inglés.
 
"Invertir en los programas de ayuda a refugiados es una inversión en el futuro del país. Más fondos federales para atenderles en su idioma madre, para clases de inglés y entrenamiento laboral, puede marcar una diferencia en sus vidas y en la sociedad", recomienda, finalmente, el informe del MPI.
 

 
 
 

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