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“Tengo fe de conocer a mi familia”: La campaña que abraza al abandonado

Antonio tiene 58 años y no pierde la fe de conocer a su familia. Antonio se encuentra en situación de abandono y lleva 19 años vinculado al Instituto de Neurociencias. En este lugar de Ecuador se brinda atención a pacientes con problemas mentales, neurológicos y conductas adictivas. Además, es reconocido por ser una de las dependencias sin fines de lucro regentadas por la Junta de Beneficencia de Guayaquil (Ecuador).

Pero Antonio no está solo en su dolor. También aparece el caso de Aida, una mujer de 62 años que hace 24 reside en el instituto. “Tengo fe de volver a reírnos juntos”, afirma al hacer referencia a los suyos.

Por último, César, de 69 años y 34 vinculado al Instituto de Neurociencias, un hombre que no pierde la esperanza de abrazar otra vez a su familia. Los casos de Antonio, Aida y César forman parte de la presentación de la campaña “Tengo fe”, un proyecto de este instituto ecuatoriano que busca generar concientización acerca de las personas en situación de abandono y en situación de vulnerabilidad (muchas de ellas con problemas de salud mental).

En definitiva, una iniciativa en pos de motivar al voluntariado ciudadano en cuanto a diversas maneras de asistencia para que este grupo de personas –actualmente alejadas – puedan volver a tener contacto con sus familias.

Esquizofrenia…

El hombre que aparece en este video besando un rosario y tocando una foto de su familia es precisamente César Cedeño, quien antes de salir a la calle se arregla la corbata y se pone un sombrero para salir al encuentro de quienes en al final del día por ahora no aparecerán.

Según recuerda El Telégrafo, la esquizofrenia fue lo que llevó a César a este sanatorio, donde con el pasar del tiempo fue encontrando mejoría. Los días de César actualmente transcurren entre “acudir a la capilla, alimentarse, tomar su medicación y lavar carros (automóviles)”. César ha dejado de recibir visitas de sus parientes hace cuatro años, pero no pierde la fe.

“Me gustaría regresar a casa con ellos, pero mi cuñado no quiere que vuelva a vivir con la familia”, expresa, reproduce El Telégrafo.

“Necesidad de afecto”

Susana Ordóñez, jefa de residencia, recuerda en diálogo con ese medio que actualmente son más de 200 los pacientes que viven en el centro de atención de salud mental. Además de esquizofrenia aparecen otros cuadros como bipolaridad, retraso mental o demencia, algo que genera el abandono de sus familiares.

“Algunos sobrepasan los 50 años de residencia en el lugar. Llegaron muy jóvenes en condición de abandono y nunca han recibido la visita de un familiar; mientras que otros reciben esporádicamente una visita, pero de lejos, por el temor a tenerlos cerca”, afirma.

Es por todo esto que a través de “Tengo fe” se busca aumentar la reinserción de estas personas en sus hogares de origen

“Lo que buscamos es que las familias entiendan que ellos necesitan de afecto, un abrazo. Tenemos internos que piden que llamen a sus hermanos para que los lleven a pasear”, sentencia.

Con información en base a Instituto de Neurociencias y El Telégrafo

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