Sabía lo que vivía
«Dios no está lejos, allí en lo alto, en los Cielos. Dios ha puesto su tienda entre nosotros. Él camina a nuestro lado con toda la vulnerabilidad del ser humano».
«Tener fe es creer en una persona, depositar la confianza en una persona: Jesús, para
los cristianos».
«Jesús vino a tomarnos a cada uno de nosotros en este paso del mundo al Padre. Vino a cambiar las raíces más profundas de mi ser, y a darme una nueva conciencia que me hace ser feliz y estar tranquilo con mi pobreza, e incluso con el vacío que hay dentro de mí; y, como ya no tengo nada que defender, pierdo mi agresividad. No necesito luchar, porque sé que soy amado».
«Jesús vino a hacernos pasar de la conciencia en donde busco mi propio yo —’mis’ riquezas, ‘mi’ gloria, ‘mi’ poder, donde intento demostrar algo y donde soy incapaz de mirar a los ojos de mi hermano herido, porque todo lo reduzco a mi yo egocéntrico—, a una conciencia nueva, que es la certeza de que soy llevado en las manos de mi Padre. Entonces ya no necesito probar nada; ya no necesito tener miedo a la soledad, a la muerte o a mis propias debilidades».
«La resurrección de Jesús, es también para cada uno de nosotros. Nos permite a los que creemos en Él y hemos recibido al Espíritu Santo,(…) realizar actos humanamente imposibles: amar a nuestros enemigos, desear el bien a aquellos que no nos lo desean o que nos odian; orar por los que nos persiguen; compartir con los más frágiles; tomar con Jesús un camino de humildad. Amar con paciencia y bondad aquellos que son diferentes o que nos fastidian».
«Estar resucitados es estar liberados de nosotros mismos para seguir a Jesús y servir a los que nos da».
«Nuestra debilidad es semejante a la del pueblo de Israel: para vivir y sobrevivir necesitamos no solamente una calidad en el amor y la fe, sino también una pobreza que nos haga depender de Dios».
«Frecuentemente es necesario llegar hasta el fondo del abismo para alcanzar el instante de verdad, reconocer la propia pobreza, la propia necesidad de unos y de otros y pedir socorro a Dios».
«Antiguamente, los cristianos que querían seguir a Jesús abrían hospitales y escuelas; hoy, que hay cada vez más enfermeras y maestros, será necesario que los cristianos se comprometan con estas nuevas comunidades de acogida para vivir con quien no tiene familia y necesita que alguien le demuestre que le quiere, que puede crecer en libertad y que, a su vez, puede amar y dar la vida por los demás».
INTERCORDIA
Jean Vanier fundó en el año 2000 la asociación Intercordia, que ofrece a jóvenes de todo el mundo la posibilidad de participar en misiones de solidaridad.
Intercordia es una asociación no confesional y apolítica de solidaridad internacional. Cada año se inscriben unos 80 jóvenes de 18 a 30 años de edad en un curso de movilidad internacional y solidaridad, y después participan en proyectos de solidaridad en ONGs locales de los cinco continentes, generalmente por períodos de 6 meses a un año.
LIBROS
Jean Vanier escribió una treintena de libros, especialmente sobre espiritualidad y comunidad.
Entre sus obras se pueden mencionar:
- Cada persona es una historia sagrada
- La comunidad: lugar de perdón y de la fiesta
- Hombre y mujer los creó: Para una vida de amor auténtica
- Amar hasta el extremo: La propuesta espiritual
- Acoger nuestra humanidad
- Una nueva visión del amor
- Verdaderamente humanos
- Al encuentro del otro
- No temas amar
- La fuente de las lágrimas: Un retiro de alianza
- Los signos de los tiempos
- Busca la paz
- Grito del pobre, grito de Dios
- Jesús vulnerable
- Acceder al misterio de Jesús a través del Evangelio de Juan
- Se oye un grito
- Escritos esenciales
- Vivir en alianza en las comunidades de «El Arca»
TEMA DE LA SEMANA: LOS SUEÑOS DE UN GIGANTE
Publicado en la edición impresa de El Observador del 19 de mayo de 2019 No.1245
Envíe un comentario