Venezuela: apoyo (inesperado) del Parlasur a la mediación vaticana

La mediación en Venezuela es, para el Vaticano, un campo minado. Una misión delicada conducida por un hombre que conoce bien Latinoamérica, el arzobispo y diplomático Claudio Maria Celli. Ya se dieron los primeros contactos entre la administración del presidente Nicolás Maduro y la oposición. Pero los gobiernos del continente parecen estar a la expectativa. Pocos han manifestado su apoyo abierto a la intervención papal, con algunas excepciones. Por eso resulta significativo el aval público del Parlasur, que votó por unanimidad una declaración de reconocimiento a los esfuerzos de diálogo impulsados por Francisco.

A decir verdad el Parlamento del Mercosur, que nació para impulsar la integración de Sudamérica, no goza de gran consenso público. Pero en esta ocasión se distanció del conflictivo entorno geopolítico regional y logró marcar la diferencia con una declaración que expresa “su beneplácito a las acciones impulsadas por el Papa Francisco para instaurar la Mesa de Diálogo Nacional en la República Bolivariana de Venezuela con el fin de encontrar, a través del diálogo, una solución pacífica electoral y constitucional”.

El escrito fue votado esta semana durante la XLIII Sesión Ordinaria del Parlasur que se celebró en Montevideo, capital uruguaya y sede de ese organismo parlamentario. La moción fue presentada por el presidente de la asamblea, Jorge Taiana junto a los parlamentarios Daniel Filmus y Eduardo Valdés, ex embajador argentino ante la Santa Sede.

Sorprendió que las delegaciones de Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay hayan dado su voto positivo, cuando los presidentes de sus respectivos países mantienen posiciones distintas y enfrentadas sobre este tema.

Un ejemplo muy elocuente de esto se verificó el pasado 24 de octubre. El mismo día del anuncio público del inicio de la mediación papal en Caracas, en Buenos Aires los presidentes de Argentina y Uruguay coincidieron en afirmar que por su inestabilidad política Venezuela debía ser apartada del Mercado Común del Sur.

“En estos términos Venezuela no puede ser parte del Mercosur. Como ya he dicho, en Venezuela no se respetan los derechos humanos”, advirtió entonces el argentino Mauricio Macri. “Aspiramos a una solución pacifica y que exista diálogo entre el oficialismo y la oposición. Sabemos que puede haber una mediación del Papa Francisco y todo lo que contribuya, bienvenido sea”, replicó su par uruguayo Tabaré Vázquez.

Antes, en julio, se había verificado un fuerte choque diplomático en torno a la presidencia pro-tempore del Mercosur. Según el protocolo marcado por el orden alfabético tocaba a Venezuela asumir ese puesto, pero lo hizo contra el parecer de otros miembros. “Para nosotros esta es una presidencia de facto que Paraguay no reconoce como tal, y no se da por notificado”, señaló entonces canciller paraguayo Eladio Loizaga indignado.

El choque por la presidente provocó la peor crisis en el seno del Mercosur, una ruptura que aún prevalece. Por eso asumió doble valor el hecho que las delegaciones de todos estos países en el Parlasur hayan decidido dejar de lado sus diferencias para manifestar, todos juntos, su reconocimiento a los esfuerzos del Papa.

El texto de la declaración manifestó “su acompañamiento al proceso de diálogo impulsado por el santo padre con el fin de garantizar la paz, el respeto institucional y la convivencia democrática” en Venezuela. Y recordó que el 24 de octubre el Papa “exhortó al gobierno y a la oposición” a un “diálogo nacional” con el fin de buscar consensos que permitan restablecer la cohesión social. Además destacó “los consensos logrados en el primer encuentro” entre las partes, realizado el 30 de octubre, los cuales –insistió- “indican que el diálogo constructivo es posible”.