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¿Tensión social en Argentina? “¡No queremos otro diciembre negro!”

“¡No queremos otro diciembre negro!”. Un deseo y una voluntad. Argentina está atravesando tiempos difíciles en materia económica y social. Los pobres son los más perjudicados. Ya se empiezan agitar las aguas de la revuelta, como cada año cuando se acerca diciembre. Una reacción psicológica al recuerdo del año 2001, cuando en ese mes estalló la crisis. De esos problemas se habla también en Roma, donde varios líderes argentinos participan en el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares, convocado por el Papa y que tiene lugar en el Pontificio Colegio “Mater Ecclesiae”. 

Pero la actitud de algunos de ellos lejos está de querer el conflicto. Al contrario, buscan evitarlo y que mejore la situación. Como Mónica Crespo, de la ciudad de Rosario y referente del Movimiento de los Trabajadores Excluidos. Ella acusó de “habladurías” a los rumores de inminente tensión en su país. Y pidió, en entrevista con el Vatican Insider, que se escuche más a Francisco, “porque él no está equivocado”.  

¿Qué expuso en estos en el Encuentro de los Movimientos Populares?  

Vine a exponer la situación que están pasando los compañeros recicladores en nuestra Argentina. En algunas ciudades, como en Buenos Aires, han avanzado, han obtenido un salario, un reconocimiento del gobierno, uniformes de trabajo. Pero quedan muchas ciudades en las cuales seguir conquistando la dignidad de los compañeros trabajadores. Me parece bueno poder escuchar la situación de los recicladores en diversos países, la situación de la madre tierra. A nosotros nos interesa el sistema, el ambiente y la contaminación.  

¿Qué van a acordar al final de esta reunión?  

Ya no queremos seguir exponiendo lo que ocurre en las ciudades, queremos tomar cartas en el asunto y que la Iglesia nos ayude en este paso. Pedimos, ya que el Papa siempre se fijó en los más humildes y desposeídos, que la Iglesia nos ayude y tome participación en cada lugar. 

¿Qué significa esta convocatoria del Papa Francisco?  

Es una emoción muy grande que el Papa se preocupe por estos temas pero debería ser normal, lo que sucede es que cuando el Papa se ocupa de estas cuestiones le dicen: ¡es comunista! No. La Iglesia toda debería preocuparse como se preocupa el Papa Francisco por el sentir de los desposeídos, de los que más sufren, los que están mal, no tienen un trabajo, una tierra, un techo. 

¿Por qué en algunos ámbitos de la Iglesia a los movimientos populares los han visto con desconfianza en el pasado?  

Puede ser, como en todos lados, que alguna gente haya trabajado mal pero no hay que meter a todos en el mismo saco. A mi me gusta decir que represento a esta clase de gente como yo, me gusta decirlo y sentirlo. Me gusta caminar en las villas, llenar mis pies de barro, lastimar mi mano y que me duela el dolor de mis hermanos. 

¿Qué expectativas existen sobre el discurso del Papa de este sábado al final del encuentro?  

Espero que conmueva el corazón de los dirigentes que tenemos en cada país. Que le llegue al corazón de cada presidente porque creo que el Papa no está equivocado, llegó en el momento justo este Papa argentino. Deseo que lo escuchen, que dejen de pensar que está equivocado. En Argentina pido más que se lo oiga, esto no es una cuestión de política partidista. Nosotros somos trabajadores, nada más. Queremos seguir en democracia, que este presidente o el que venga termine su mandato, que haya votaciones, se elija a otro y estemos unidos. Porque al país lo sacamos entre todos o no lo sacamos. 

¿Cómo es la situación social en Argentina ahora?  

Es bastante dura. En las ciudades se quejan de que el gobierno no los escucha. Pedimos sobre todo eso, que empecemos a escucharnos y que se ablanden nuestros corazones.  

Cada año, cuando se acerca diciembre, en Argentina se habla de tensión social. ¿Pueden haber desbordes en estas fiestas? ¿Están preocupados?  

No tenemos que darle entidad a estas habladurías, debemos estar en nuestros barrios y contener a la gente. No queremos más “diciembres negros”, no queremos más muertos en nuestro país. Empecemos a hacer las cosas bien, de los dos lados: del lado del presidente y del lado de nosotros, que vivimos en el país. Empecemos a ser un país mejor. 

En algunos sectores falta voluntad, pero si seguimos tratando de luchar con la palabra y llevando a todos los oídos esto la Argentina tiene que poder. El nuestro es un país poderoso, tenemos gente de bien, gente que quiere trabajar. Si no ¿cómo te explicás que nosotros, siendo recicladores, en el límite de la pobreza, no elegimos el robo o la locura? Decidimos crear nuestras fuentes de trabajo, somos recicladores y queremos que nos reconozcan como tales.  

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