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“Un Sínodo para la Iglesia de Australia en 2020”

La Iglesia católica de Australia quiere celebrar su propio Sínodo en 2020. Lo ha anunciado el Arzobispo de Brisbane, Mark Coleridge, en una entrevista publicada en el Catholic Leader, el periódico católico local. Coleridge –que participó en el Sínodo sobre la familia en el Vaticano– es el principal promotor de la iniciativa sobre la que se ha mostrado a favor la Conferencia episcopal. Para que se celebre es necesaria la aprobación por parte del papa Francisco. Se trataría del quinto Sínodo de la Iglesia católica de Australia y llegaría más de ochenta años después del último, celebrado en 1937.  

“Atraversamos un tiempo de profundos cambios culturales –ha explicado monseñor Coleridge– no sólo en la sociedad sino también en la Iglesia. Creo que debemos aceptar el hecho de que la cristianidad –en el sentido del cristianismo como religión civil, de masa– ha terminado. ¿Cómo afrontamos esta situación?”. 

De fondo está también la cuestión del escándalo de la pedofilia, que ha tocado de manera importante la Iglesia de Australia. La Royal Commission que desde 2013 está investigando los abusos sexuales a menores ha puesto en entredicho el empeño educativo de la Iglesia, desde siempre uno de los puntos fuertes del catolicismo australiano. “Para la Iglesia no es el momento de seguir adelante como si no pasara nada –comenta Coleridge en el Catholic Leader–. Y por si fuera necesario una prueba, la Royal Commission nos la ha dado. Debemos rendir cuentas con lo que ha pasado y a la luz de los hechos, no siempre agradables, tomar decisiones importantes para nuestro futuro”.  

El Arzobispo de Brisbane subraya finalmente la unión con la experiencia vivida en el Sínodo por la familia: “Fue escuchando el discurso del Papa sobre la sinodalidad en la Iglesia, la mañana del 17 de octubre –explica– que empecé a pensar de manera clara que había llegado el momento para Australia”. Y también el método quiere ser el mismo: “Espero que la agenda de nuestro Sínodo –continua Coleridge– sea el fruto de una consulta verdadera en el interior de la Iglesia, de aquí al 2020. Quien lo desee podrá tener el derecho de hablar, como ha sucedido en los Sínodos en Roma”.  

En este sentido –explica– el Sínodo podría tener un significado incluso más allá de las fronteras de Australia, proponiendo un método. El prelado subraya dos grandes temas: la misionariedad de la Iglesia y el futuro del ministerio ordenado.  

Si llegase la aceptación del Papa el comité preparatorio guiado por el Arzobispo de Brisbane nombrará un secretario general del Sínodo antes de finales de año. “Será la figura clave –explica Coleridge– y podrá ser un hombre o una mujer. Porque deberá ser una asamblea de la entera Iglesia y no solo de los obispos”.  

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