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El año pasado le ganó al cáncer… En Río 2016 es oro

Santiago Lange no necesitaba una medalla de oro para ser considerado uno de los grandes atletas de la historia argentina. No la necesitaba porque antes de Río 2016 había participado ya en cinco Juegos Olímpicos, derecho al que acceden unos muy pocos. Tampoco lo necesitaba porque ya contaba en su haber con dos medallas de bronce, obtenidas en dupla con el también histórico Carlos Espínola en Atenas 2004 y Beijing 2008. En Vela, pocos nombres suenan en el mundo como el de él, reconocido además por sus dotes como creador de barcos.

Por eso, en estos Juegos Olímpicos, este ciclo olímpico, verdadero ciclo vital que lleva el ritmo de los deportistas, estaba motivado por algo más. Como algunos de sus competidores en su juventud, Lange transmitió a sus hijos la pasión por los deportes náuticos. Y en Río 2016 competirían dos de sus hijos, Yago y Klaus, en la categoría 49er. Comenzó entrenándolos, pero al ver que lo mejor era que cuenten con otra conducción, asumió otro rol, y comenzaron juntos, padre e hijos, un fantástico recorrido de preparación para los Juegos, con papá Lange en la categoría Nacra 17, e hijos Lange en la competitiva 49er.

A los 54 años, Santiago se dio el lujo de desfilar en la ceremonia inaugural con sus hijos, y ahora, además de todo, de celebrar su primera presea dorada con ellos. Yago y Klaus, concentrados en su propia regata, se arrojaron a las aguas cariocas y nadaron hasta la embarcación de Santi para abrazarse con él.

En una reciente entrevista con el portal Sailing World, Santiago reconocía que la motivación de representar al país con sus hijos fue el motor que lo empujo a este nuevo esfuerzo. “Si pedaleo o voy al gimnasio por mi cuenta, me agota. Pero si voy con ellos siempre me dicen: ‘Dale, estás viejo para esto’. Y eso me motiva a entrenar con más fuerza”, evocaba. A su vez, sus hijos se veían ellos mismos motivados por el esfuerzo de Santiago: “Vemos como se entrena, y eso nos empuja a entrenarnos más fuerte”.

Pero el año pasado la historia con final feliz casi se derrumba por completo. Fue la compañera de Santiago en la categoría Nacra y ahora también campeona Cecilia Carranza, quien lo llevó al hospital de Barcelona cuando se descompuso. El diagnóstico hizo temer lo peor: cáncer de pulmón. Lo operaron. A los 10 días, y pese al dolor, ya hacía diez kilómetros de bicicleta con su hermano, que estuvo en Río apoyándolo desde la costa junto con su madre.

Santiago Lange ama la Vela. La practica en distintas modalidades, desde los 8 años. Su padre llegó a ser suplente olímpico en Helsinki 1952. Se formó para construir barcos como ingeniero naval en la Universidad de Southampton. Es parte de su vida y hoy le dio la mayor satisfacción de su vida deportiva. Gracias a la motivación de sus hijos, que estaban en Río para compartirlo con él.

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