Uruguay, archivos vaticanos y dictatura

La Iglesia de Uruguay autoriza la desclasificación del material relacionado con los años de la dictadura en el país sudamericano, desde 1973 hasta 1985. En realidad la voluntad de hacerlo ya la había manifestado en octubre del año pasado el cardenal Daniel Sturla después de una audiencia con el Papa, pero todavía faltaba el acto formal del consentimiento jerárquico de las autoridades religiosas de Uruguay. La cúpula de la Conferencia Episcopal, a través de los obispos Carlos Collazzi, Arturo Fajardo y Milton Troccoli, la entregó al presidente Tabaré Vázquez el lunes 11 de julio. Anteriormente la desclasificación de los archivos vaticanos llegaba hasta la década de 1950, hasta el pontificado de Pio XII. A partir de esta decisión, se podrá acceder hasta los años del proceso militar e incluso un poco más. 

En el mes de octubre de 2015 el embajador de Uruguay ante la Santa Sede, Francisco Ottonelli, había planteado una solicitud en este sentido cuando presentó sus credenciales al Papa Francisco. En esa oportunidad el Papa se mostró “muy abierto”, declaró el diplomático al concluir la breve ceremonia, y explicó que el mismo Francisco lo derivó a su colaborador, Monseñor Giuseppe Latterza, encargado de los Archivos Vaticanos. Este último – siguió diciendo el diplomático – dijo que la praxis habitual en estos casos requería el consentimiento de la Conferencia Episcopal de Uruguay. “Los archivos vaticanos se alimentan tanto de la información que envían los obispos, o los sacerdotes de las parroquias de Uruguay, como de las solicitudes de información dirigidas a ellos, y por eso es necesario su consentimiento”. 

El arzobispo de Montevideo Daniel Sturla, que se encontraba en Roma para participar del Sínodo sobre la Familia, aseguró la colaboración de la Iglesia en la búsqueda de los restos de los desaparecidos en los años de los gobiernos cívico-militares de Uruguay. Hizo un llamamiento a todos sus compatriotas para que las personas que tuvieran “datos sobre los desaparecidos durante el gobierno cívico militar, puedan ir a la parroquia a decir el dato que tengan y el párroco o el sacerdote que los atiendan enviar esa información a la curia a mi nombre o directamente a la Comisión de Familiares de Desaparecidos”. 

Dos meses después el cardenal de Montevideo declaró que había recibido información sobre enterramientos clandestinos. “Hubo gente que se acercó a las parroquias para aportar datos, hasta fotografías y dibujos”. El arzobispo no proporcionó detalles sobre el origen de las informaciones, especificando solamente que una de las personas que aportó elementos “es muy mayor y parecería que participó en tales procedimientos”. 

Con el consentimiento formal de la Conferencia Episcopal de Uruguay para la apertura de la sección de los archivos vaticanos referida a ese país, ahora será posible acceder al intercambio de correspondencia y a los informes que, tal como ocurría en Argentina, donde la dictadura fue mucho más dura, todavía estaban restringidos.