La nueva y simpática ranita de cristal descubierta en Ecuador
El hallazgo se produjo en la cuenca del río Topo (provincia de Tungurahua) y tuvo como coautor del estudio que dio con esta especie a Juan Manuel Guayasamín, profesor investigador de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Según este investigador, recuerda El Comercio, fue muy difícil el hallazgo porque –entre otras cosas- al escuchar su canto pensaron que podría tratarse de un grillo, además de que se encuentra a grandes alturas de los bosques. El descubrimiento se dio durante una salida en colaboración entre la USFQ y la Universidad de Kansas (EEUU).
Más datos aquí de la investigación publicada en la web amphibian-reptile-conservation.org y que también contó con la participación de otros investigadores.
Otros datos llamativos
Pero a la hora de diferenciarse de otras especies, en primer lugar aparece su transparencia –por algo se le dice rana de cristal o vidrio- y también la combinación de sus colores.
Sin embargo, su singularidad no solo está en su forma o canto. Los adultos, prosigue el investigador en diálogo con El Comercio, llegan a medir un poco más de dos centímetros. Pero aquí lo más interesante: en esta especie son los machos los que cuidan a sus hijos.
“Las hembras ponen los huevos y desaparecen y los machos se quedan ahí por varias semanas”, expresa el investigador a ese medio. Y lo hacen con el propósito de cuidarlos, reconoce.
Sin dudas es una de las ranitas más simpáticas y llamativas de la “casa común”. Parece frágil y ahora también será nuestro deber cuidarla (Laudato Sí). Por lo pronto, aprecia sus detalles a continuación, las imágenes que confirman la presencia de esa mano “creadora” que no deja de sorprender.
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