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La caravana de madres de desaparecidos inicia su 15 caminata de la esperanza

El Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), gestiona los permisos y las visas para que Lilián Esperanza Alvarado llegue desde Ilopango hasta cerca de Monterrey (México) para reunirse con sus hijos Mayela y Salvador. No te pierdas las imágenes:

Es una historia recurrente. Se fueron niños con su padre y un tío a Estados Unidos. No aguantaron la vida allá y se regresaron a México. Han hecho su vida en México. No tienen contacto con sus parientes en El Salvador o en Guatemala, o en Honduras.

Pero siempre hay la esperanza. Y la caravana de madres de desaparecidos es una gran esperanza.

Desde el sur para encontrar a los suyos

Organizado por el MMM, la caravana llega a su 15ª edición. El pasado 15 de noviembre salieron de Tapachula (Chiapas, frontera de México con Guatemala) para recorrer todo el territorio mexicano.

Son cerca de cien personas representando a Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador: diez madres de familia de cada país vienen entre ellas. Caminarán de frontera a frontera: cinco mil kilómetros para buscar a los suyos.

Hasta el momento, en este 2019, se han encontrado cuatro familias. Cuatro abrazos de los miles que quedan pendientes. Cuatro reencuentros que tendrán lugar en Chiapas, Nuevo León y Veracruz. Pero puede haber más.

La caravana difunde su presencia. Y la idea es que se corra la voz. Y que aquellos que han quedado en el camino a Estados Unidos puedan volver a abrazar a quienes dejaron atrás.

¡Aquí estamos!

Las madres celebrarán actos con organizaciones sociales y realizarán búsquedas en plazas, centros penitenciarios y hospitales. Marta Sánchez, cofundadora del movimiento, explica a “Animal Político”.

En estos tres lustros, según Sánchez, pariente de exiliados republicanos españoles, las caravanas han ayudado a localizar a 300 personas en vida y a otra más que había fallecido.

“La caravana de madres busca enviar un fuerte mensaje de repudio a los poderes mundiales, gobiernos e instituciones. Decirles que sus modelos de gestión de la migración, lo que asumen erróneamente como un problema, agravan criminalmente la situación que ellos mismos causan en esta era de acumulación capitalista por despojo y violencia y que no lograran, por más muertos que produzcan, ordenar y controlar los flujos migratorios”, dice el comunicado con el que arrancó la marcha.

Un mensaje que apenas es audible para los habitantes de los palacios del poder.

Pero que cae con su propio peso cada vez que se encuentran familiares y que reivindican la estructura del abrazo. Como lo harán Lilian, Mayela y Salvador. Ojalá sean muchos más los que se encuentren.

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