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El efímero protocolo pro-aborto que Macri desautorizó

Fue un amanecer inesperado, pero un atardecer igualmente sorprendente para la causa de la defensa de la vida desde la concepción en la Argentina. Por la mañana, la Secretaría de Salud publicó en el Boletín Oficial la ampliación y actualización del “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo”.

El protocolo promulgado por el secretario de Salud Adolfo Rubinstein oficializaba lo que hasta el momento era una guía de libre adopción de parte de las provincias publicado en el sitio de internet de la Secretaría de Salud para realizar abortos en las cláusulas despenalizadas por el Código Penal. El propio Rubinstein reconoció esto, que supone admitir la promoción de una idea de “aborto legal” a partir de una guía publicada en internet.

Pero en este caso publicado en el boletín oficial, el protocolo se tomaba algunas prerrogativas como ampliar la noción de salud a un completo bienestar de la, ya no mujer, sino persona gestante. El propio protocolo aclara que cuando habla de mujer lo hace para simplificar la lectura. Además, habilitaba el aborto a niñas de entre los 13 y 16 años sin autorización de los padres, ponía límites a la objeción de conciencia de los médicos e instituciones, incluso sin reconocer la objeción de conciencia colectiva en virtud de convicciones religiosas o éticas, como sí hacen leyes nacionales, entre otros puntos.

Esta actualización, no obstante, reconoce las estadísticas oficiales en las que la mortalidad por aborto no es la primera causa de mortalidad materna, cuyo dato es, como máximo –incluso podría ser menos como ya hemos abordado en otras notas- 30 muertes por año. Una es evitable, y se ha de trabajar sobre ella. Pero se suele argumentar a favor de la legalización del aborto apelando al argumento de la salud pública, cuando hay muchísimas otras prioridades con un impacto más contundente en la mortalidad.

La reacción adversa dentro del propio gobierno fue inmediata: “El secretario de Salud de la Nación no puede pasar por encima de un debate de seis meses del Congreso Nacional y legislar por sí mismo, contradiciendo normas de rango constitucional. Me parece lamentable y claramente inconstitucional la resolución del secretario de salud ampliando de manera irresponsable las causales de aborto no punible y limitando la objeción de conciencia médica”, expresó de inmediato el presidente provisional del Senado Federico Pinedo.

La lucha por las dos vidas (Galería)

De cualquier manera, según se anunció cuando caía el día, este nuevo protocolo fue efímero. Según trascendió en medios de comunicación, el secretario de Salud envió el protocolo sin consensuar con el Ministerio del cual depende, Salud y Acción Social, y la Ministra Carolina Stanley, con el apoyo explícito del presidente Mauricio Macri, puso en marcha la derogación del documento, aún no oficializada.

Funcionarios y políticos allegados al gobierno pidieron la inmediata renuncia de Rubinstein, aunque algunos lo apoyaron. En el arco opositor, se expresaron a su favor los promotores de la despenalización del aborto, aunque por lo tardío de su respuesta, no contaban con la acción del secretario. La publicación del protocolo fue sorpresiva, pero también la reacción del gobierno nacional derogando un documento que, seguramente, es indicio de una discusión que llegará con gran intensidad a partir del nuevo gobierno y el nuevo parlamento.

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