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¿Puedo controlar lo que siento?

Existen tres verbos, pensar, sentir y hacer, que pueden estar influyéndote más de lo que crees. Nuestros pensamientos condicionan nuestra manera de sentir y nuestros sentimientos influyen en nuestras acciones. 

Numerosos estudios demuestran que lo primero que experimentamos ante un estímulo es una emoción básica (alegría, tristeza, miedo…), y es desde la razón donde esa emoción se transforma en un sentimiento (compasión, celos, dolor…).

Cómo interpretes la realidad influirá directamente en tus sentimientos y estos condicionarán tu manera de actuar. Dicho de otra forma, desde la razón y la lógica puedes elegir qué actitud tener y cómo responder ante determinadas situaciones. Cuanto más consciente seas de tus pensamientos, mayor capacidad de gestión tendrás de tus emociones.

La mente funciona con silogismos, razonamientos compuestos por dos premisas y una conclusión que se deduce de las dos premisas anteriores. Si una de las premisas es errónea, la conclusión será errónea. Por ejemplo:

Premisa 1: “Todos los hombres son infieles”.

Premisa 2: “Mi pareja es un hombre”.

Conclusión: “Mi pareja será infiel”.

Como ves, de las dos premisas solo hay una correcta: “mi pareja es un hombre”, porque la otra, “todos los hombres son infieles”, es una generalización en la que se ha incluido a todos los hombres en un comportamiento en el que tan solo encajan algunos de ellos.

La conclusión “mi pareja será infiel” está generando un sentimiento de ansiedad y alarma en la persona que lo piensa, aunque una de sus premisas está magnificada y no se corresponde con la realidad. Por esta lógica del razonamiento decimos que nuestro pensamiento tiene mucho poder sobre la manera en que nos predisponemos y actuamos.

Lo bueno es que tienes la capacidad de elegir lo que quieres pensar, puedes controlar y redirigir esos pensamientos y elegir lo que puedes hacer con ellos: recrearte, conformarte o aprender.

WOMAN

Liliana-(CC BY-NC 2.0)

Cambia tu forma de pensar

Cuando tus ideas están conformadas a partir de un sistema erróneo de creencias sobre el mundo y sobre ti mismo – o por un estado físico, emocional o psicológico inestable – al menos una de las premisas estará apoyada en una mentira, y terminarás actuando de manera insana.

¿Qué hago si mis interpretaciones me hacen tener conductas dañinas?

  1. Identifica tus voces interiores: qué pensamientos automáticos se han convertido en un freno para ti.
  2. Cambia la conducta y cambiará tu pensamiento: es algo más lento y con un coste emocional más alto, pero a veces enfrentándote a la conducta directamente, el pensamiento se modifica.
  3. Hazte responsable y no culpes al resto: trata de ver qué está en tu zona de control y no busques culpables para justificar tus errores. 

Para poder conseguir un cambio tienes que empezar a pensar de forma diferente. Cuando lo logres, verás aparecer nuevos sentimientos y sensaciones que te facilitarán la adquisición de nuevas conductas que te harán crecer y mejorarán tu entorno.

Todo esto será un primer paso hacia el camino de tu libertad interior.

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