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La fe católica florece… en Islandia

Por increíble que parezca, el catolicismo está creciendo –incluso de manera acelerada—en la muy tradicionalmente luterana y muy liberal Islandia, un pequeño enclave del Atlántico norte en donde viven cerca de 345.000 personas.

Un artículo publicado el pasado 24 de octubre en The Reykjavik Grapevine y firmado por Lea Müller se señala que, desde el cambio de siglo, la población católica ha crecido de forma acelerada, principalmente debido a la inmigración.

En 1994, los católicos representaban uno por ciento de la población total de Islandia, pero a medida que la inmigración se aceleró en el siglo XXI, impulsada por el rápido crecimiento económico de Islandia, el número de católicos que viven en el país aumentó en consecuencia, escribe Müller.

A partir de octubre de 2019, las personas de fe católica representan ya cuatro por ciento de la población.

¿Qué causa el aumento de católicos?

Como en muchos otros sitios, que los grupos de inmigrantes que llegan a Islandia provienen de países europeos donde predomina el catolicismo.

Las personas de origen polaco constituyen el mayor grupo de inmigrantes que han llegado a vivir a Islandia y ahora mismo representan 40 por ciento de la población extranjera arraigada en la isla. A los polacos les siguen los lituanos.

La parroquia de Landakotskirkja, situada en la capital de Islandia, Reykjavík, es la que tienen mayor asistencia de católicos, al grado que, en las misas dominicales, el párroco Jakob Rolland apenas si puede acomodar a los fieles.

Caída luterana

Según este informe, la Iglesia Nacional Luterana de Islandia ha experimentado una disminución de miembros y asistencia masiva en los últimos años.

En la década de 1990, aproximadamente noventa por ciento de la población islandesa estaba registrada como luterana, pero desde entonces se ha reducido a 64 por ciento.

Se retiró del luteranismo un número récord en el año de 2010 cuando la Iglesia Nacional fue acusada de intentar encubrir crímenes sexuales cometidos por el ex obispo Ólafur Skúlason.

Lo cierto es que el catolicismo está floreciendo en un lugar insospechado, pues Islandia se precia de ser uno de los países más progresistas del planeta, con una agenda liberal que incluye desde el aborto a los bebés hasta el final de la semana 22 (ley que entró en vigencia a partir del 1 de septiembre pasado), hasta los derechos para las parejas queer.

Con información de The Reykjavik Grapevine 

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