Header Ads

¿Es este mundo extraño? Sobre los relatos de la Premio Nobel Olga Tokarczuk y más

Creo que ya tengo los primeros síntomas de envejecimiento, porque a veces pienso: “hacia dónde va este mundo …”. Me lo preguntaba cuándo se inauguró el primer salón profesional de abrazos en Polonia. Me enteré de que hay quienes intercambian dinero por abrazos, se sacan carnés y marcan la sesión de caricias en el calendario. 

Olga Tokarczuk nos saca de la zona de confort

Me pregunto sobre esto cuando leo un informe sobre el hecho de que, en Japón, cada vez más personas emplean actores para desempeñar el papel de personas importantes en sus vidas. Un espectáculo en la vida cotidiana. Pero de tal forma para que nadie piense que es un teatro. Con tal de que nadie se de cuenta de que estas personas (pareja, amigo, padre que va a las reuniones del colegio, hermanos que vinieron del extranjero para hacernos una visita) no son parientes reales, sino empleados de la empresa que contratan a actores para tales roles.

Me hice las mismas preguntas al leer “Relatos bizarros” de Olga Tokarczuk. Me encontré con lo que anunciaba el texto en la portada del libro: “Tokarczuk nos saca de la zona de confort, lo que indica que el mundo se está volviendo cada vez más inconcebible”. No puedes leer estas historias sin reflexionar. Son un poco inquietantes, un poco sorprendentes, también pueden ser tristes. Cuando recuerdo algunas de ellos, me pregunto si nuestro patio está empezando a parecerse a este mundo extraño y ficticio.

 “Relatos bizarros” – historias extrañas sobre nuestra vida cotidiana

La colección comienza con el cuento “El pasajero”. El título se refiere no solo a la historia, la conversación de dos pasajeros en el avión. Cada uno también tiene su propio pasajero dentro. De forma permanente. Es una historia sobre el miedo que habita en nosotros. Sobre que a veces tenemos miedo de nosotros mismos. Sobre la soledad, la incomprensión, sobre un rincón oscuro en cada uno de nosotros, al que nadie tiene acceso. Podemos buscar ayuda de otras personas, podemos tratar de dejar entrar a alguien, buscar alivio. Pero esto no hace nada. No hay escapatoria de este miedo ni de uno mismo. Al final, los interlocutores se duermen “calmados por el murmullo de los motores”. Me pregunto: tal vez un hombre que rechaza la espiritualidad no asume que existe una “opción” como la salvación, alguien como el Salvador, está en cierto sentido condenado a caer en una especie de trance, para olvidar temporalmente. Porque no hay nadie que pueda vencer y llevarse esta oscuridad, miedo, maldad.

Leyendo el “Transfugium”, observamos el misterioso y moderno centro donde la familia viene a despedirse de una mujer. Ella se somete a una cirugía para cambiar no el sexo sino la especie. Esto evoca asociaciones con la eutanasia, aunque la heroína no lucha con una enfermedad corporal, sino con la necesidad inexplicada del alma, la psique. Esta lectura también puede provocar que pienses en el travestismo. Me provoca a mi especialmente porque en la tienda donde compro todos los días, recientemente apareció una cajera en cuya identificación ponía Artur. Podrías pensar que la chica se había equivocado de identificador, pero el aspecto de ella era algo … diferente. Unos hombros poco musculosos, pero aún con rasgos masculinos y una voz extraña, al mismo tiempo baja y aguda. Llevaba un poco de maquillaje, cabello largo, uñas pintadas con una fina capa de barniz, bisutería sutil.

 Este mundo es extraño

El compañero cajero dice: “Arturo, estarás cerrando, ¿sí?” La gente mira a la chica y escucha: “Sí, lo recuerdo”. Los veo avergonzados y me avergüenzo también. La próxima vez la etiqueta está girada, no se puede ver ningún nombre. Unas semanas después, regresa con una placa: “¿En qué puedo ayudar? Anna, Cajera – dependienta”. Sin juzgar ni reírme por dentro, aunque no sin emoción, me pregunto ¿por qué? Hoy podemos cambiar de sexo o tatuar todo el cuerpo y presentarnos como “zombis”. ¿Será posible transformarse en otro mamífero en el futuro?

En “La visita” nos encontramos con una familia de cinco: un niño de 3 años, una mujer y … tres mujeres idénticas más. “De hecho, puedo decir que en nuestra pequeña familia homogenética todas estamos satisfechas y felices (…) Nos movemos en órbita juntas, una tras otra, llenando todas las posibilidades de la existencia”. ¿Es aterrador? En la historia cada mujer tiene una función. ¿Es este nuestro ideal o lo perseguimos un poco? ¿Quién no querría tener una casa hermosa y limpia con un jardín bien cuidado lleno de flores? ¿Comer deliciosas y saludables comidas cocinadas todos los días? ¿Quién no querría dedicar el cien por ciento de tiempo y de atención a un niño, especialmente cuando es pequeño y lo necesita más? Y al mismo tiempo, ser capaz de desarrollarse profesionalmente, perfeccionarse, dedicarse a lo que es nuestra pasión y desarrollar talentos. ¿No sería genial ser cuádruple? ¿No es extraño este mundo, tan bizarro?

Escrito por Ewelina Dmitrowicz-Pieczyńska

No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.