¿Cuál es el antídoto al envejecimiento del corazón? responde Papa Francisco
En su homilía, rememoró el evangelio de hoy, XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario: «Tu fe te ha salvado» (Lc 17,19), que – afirmó – nos muestra el camino de la fe en tres etapas, señaladas por los leprosos curados, que invocan, caminan y agradecen.
Libres del dinero, la televisión, el teléfono y el juicio de los demás
“Como esos leprosos, también nosotros necesitamos ser curados, todos. Necesitamos ser sanados de la falta de confianza en nosotros mismos, en la vida, en el futuro; de tantos miedos; de los vicios que nos esclavizan; de tantas cerrazones, dependencias y apegos: al juego, al dinero, a la televisión, al teléfono, al juicio de los demás”.
El Señor libera y cura el corazón, si lo invocamos, si le decimos: “Señor, yo creo que puedes sanarme; cúrame de mis cerrazones, libérame del mal y del miedo, Jesús”.
El Papa también predicó sobre la importancia del agradecimiento, entonces afirmó: “Cuando agradecemos, el Padre se conmueve y derrama sobre nosotros el Espíritu Santo. Agradecer no es cuestión de cortesía, de buenos modales, es cuestión de fe”.
Beneficios de un corazón agradecido
“Un corazón que agradece se mantiene joven. Decir: “Gracias, Señor” al despertarnos, durante el día, antes de irnos a descansar es el antídoto al envejecimiento del corazón. Así también en la familia, entre los esposos: acordarse de decir gracias. Gracias es la palabra más sencilla y beneficiosa”.
Francisco sostuvo que invocar, caminar, agradecer acercan a las personas a una vida plena como la tuvieron, a pesar de las dificultades y sufrimientos humanos, los nuevos santos.
El Papa agradeció a Dios por el testimonio de fe de los beatos canonizados hoy, quienes, indicó, “han caminado en la fe y ahora invocamos como intercesores”.
“Tres son religiosas y nos muestran que la vida consagrada es un camino de amor en las periferias existenciales del mundo”, afirmó.
La santidad de lo cotidiano
De santa Margherita Bays (1815-1879), Virgen, en cambio, que no fue religiosa, “era una costurera y nos revela qué potente es la oración sencilla, la tolerancia paciente, la entrega silenciosa. A través de estas cosas, el Señor ha hecho revivir en ella el esplendor de la Pascua”.
“Es la santidad de lo cotidiano, a la que se refiere el santo Cardenal Newman (1801-1890), cardenal de la Iglesia Romana, fundador del Oratorio de San Filippo Neri en Inglaterra.
Francisco citó san Newman para ilustrar esa santidad de todos los días, cuando dice: «El cristiano tiene una paz profunda, silenciosa y escondida que el mundo no ve. […] El cristiano es alegre, sencillo, amable, dulce, cortés, sincero, sin pretensiones, […] con tan pocas cosas inusuales o llamativas en su porte que a primera vista fácilmente se diría que es un hombre corriente» (Parochial and Plain Sermons, V,5).
“Pidamos – continuó – ser así, “luces amables” en medio de la oscuridad del mundo. Jesús, «quédate con nosotros y así comenzaremos a brillar como brillas Tú; a brillar para servir de luz a los demás» (Meditations on Christian Doctrine, VII,3)”.
Los otros santos de la Iglesia católica son: Giuseppina Vannini (1859-1911), Virgen, Fundadora de las Hijas de San Camilo; Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan (1876-1926), Virgen, Fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia y Dulce Lopes Pontes (1914-1992), Virgen.
Reliquias de los nuevos santos
En el altar se colocaron cinco reliquias pertenecientes a los nuevos santos de la iglesia católica, junto a una estatua representativa de la madre de Jesús, María.
Antes de la misa, el Papa saludó a los jefes de las delegaciones en la Capilla de la Piedad. Ahí, estuvieron presentes el presidente Sergio Mattarella (Italia), el príncipe Carlos (Reino Unido), el vicepresidente Hamilton Martins Mourão (Brasil), el vicepresidente Chen Chien-Jen (República de China – Taiwan), el ministro de la educación, Joe McHugh (Irlanda), la consejera federal, Karin Keller-Sutter (Suiza) y el viceministro del Exterior, V. Muraleedharan (India).
Envíe un comentario