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¿Qué hago si me invitan a una Primera Comunión?

En esta época del año suelen ser frecuentes los bautizos, las bodas y las comuniones. Para los niños que se han preparado en la catequesis, la Primera Comunión marca aquel año especialmente: en casa se habla de ello, hay preparativos, es posible que entre sus amigos y primos haya más niños que también hacen la Primera Comunión…

Si nos han invitado a una Primera Comunión, ¿cuál es nuestro cometido? Tal vez hace tiempo que uno no va a la iglesia de forma regular, pero todos tenemos muchas ganas de que aquella jornada sea especialmente memorable para el niño o la niña que recibe el sacramento de la Eucaristía.

Si quieres colaborar a que ese sea “el día 10” para este niño, puedes tener en cuenta estas sugerencias:

Lo más importante no son los regalos. Es lógico que a los niños les dé alegría recibir un regalo de parte de los invitados, pero eso no es lo principal. Lo primordial es la Eucaristía. Házselo notar con la dedicatoria que acompaña tu regalo o con tus palabras.

Habla con sus padres acerca del regalo para estar en línea con su forma de vivir la Primera Comunión. Algunos prefieren que los invitados den un dinero y entre todos hacer un donativo a una buena causa, por ejemplo. O piden que contribuyas a comprar un escapulario o una medalla para el pequeño, que será para siempre.

Facilita la jornada a los papás. Ese día ellos tienen mil cosas en las que pensar. Es fabuloso si pueden contar contigo para trasladar a otros invitados, por ejemplo, si van desde otra ciudad o para ir desde casa a la iglesia o al sitio donde se haga la celebración posteriormente. Si te ofreces como “chófer” y asistente de los mayores también ayudas.

Llegad puntuales a la iglesia. En un día como la Primera Comunión, se agradece que todos los familiares estén en la iglesia un buen rato antes de que comience la ceremonia. Así no hay contratiempo posible con el tráfico o un olvido que nos hace regresar a casa.

Silencia el móvil antes de comenzar la Eucaristía y únete interiormente a la celebración. Para muchas personas, un día de Primera Comunión es una ocasión para volver a Dios después de mucho tiempo. Aprovecha para confesarte si piensas que es un buen día para hacerlo. De esta manera estarás preparado para comulgar y te unirás al pequeño que hace al Primera Comunión también con los sacramentos y la oración.

Aprovecha para reforzar lazos familiares. Quizá vas a ver a miembros de tu familia que hace tiempo que no ves. Es una ocasión óptima para ponerse al día y para manifestarse cariño a pesar de la distancia y del tiempo. También se pueden suavizar situaciones difíciles y eso empieza por que tú des el primer paso.

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