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La bofetada

La bofetada

AGENDA INTERNACIONAL | Por Georg EICKHOFF |

De la visita del Presidente Donald Trump al Vaticano, el pasado 24 de mayo, trascendió, entre otros detalles, una foto que muestra al Papa Francisco al lado del empresario norteamericano con una cara de pocos amigos. El Canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias Obispo Marcelo Sánchez Sorondo nos puede explicar lo que estaba pasando. Había declarado, antes de la reunión, que se habría que calificar como una “bofetada” en la cara del Vaticano si Estados Unidos abandonara los Acuerdos de París sobre la lucha contra el cambio climático.

El Papa regaló a Trump un ejemplar de su encíclica Laudato sí. En ella habla del cambio climático y la misma fue uno de los elementos de la agenda internacional del año 2015 que culminó en los acuerdos ecológicos a los cuales llegaron 195 naciones en París, en el mes de diciembre de aquel año.

La “bofetada” la propinó Trump, una semana después de su visita a Roma, el primero de junio, cuando anunció que Estados Unidos se retirará de los Acuerdos de París. En el Vaticano, había sido el Secretario de Estado Cardenal Pietro Parolin quien, en una reunión aparte, había discutido el tema del cambio climático con Trump. Nada al respecto han declarado el Papa y el Secretario de Estado desde entonces.

La reacción del mundo, sí fue inmediata y contundente. En la misma Roma, el mismo primero de junio, en una declaración conjunta publicada en inglés, los jefes de gobierno de Italia, Alemania y Francia, rechazaron la decisión de Trump. Subrayaron que “el momentum generado en París, en diciembre de 2015, es irreversible”. Además, se comprometieron: “Vamos a aumentar los esfuerzos para apoyar los países en desarrollo, en particular los más pobres y más vulnerables, para alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación.”

Este aspecto, el impacto del cambio climático sobre los más pobres del mundo, fue lo que tanto había resaltado Francisco en Laudato sí.

Ya en el año 2010, por iniciativa del Presidente mexicano Felipe Calderón durante la cumbre de Cancún, los países ricos se habían comprometido a contribuir a un “fondo verde” para ayudar a los países pobres a mitigar las consecuencias del cambio climático y adaptarse a ellas. En los Acuerdos de París se estableció que este fondo iba a tener un volumen de 100 mil millones de dólares al año. Trump ya no quiere contribuir a ello. Es una “bofetada” en la cara de los pobres, más que en la cara del Vaticano.

Ahora, los Acuerdos de París, son uno de los esfuerzos más grandes de “soft diplomacy” en la historia de la humanidad. La “diplomacia blanda” no conoce sanciones. Estados Unidos tampoco será sancionado. Es, en la práctica, irrelevante que solamente en cuatro años el país se pueda salir de los Acuerdos, justo cuando termina el período actual del Presidente Trump. Lo relevante es si el gobierno de Estados Unidos contribuye al fondo verde para los pobres o no. Ciertamente no lo hará.

Tratándose de “diplomacia blanda”, está muy claro que salirse del esfuerzo global, es realmente una bofetada al mundo, un acto simbólico de suma agresividad. El rol de liderazgo global que Estados Unidos abandona lo van a llenar la Unión Europea y China. Ya se están preparando muy activamente para la próxima cumbre “G20” de los veinte países más industrializados del mundo, en Hamburgo, Alemania, los días 7 y 8 de julio. Trump está invitado. El cambio climático está sobre la agenda. ¿Qué respuesta le dará el mundo a Trump?

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