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Moda Plus Size, ¿qué tan “real” es?

La mayoría de las mujeres no encajamos en el estereotipo corporal de las modelos; sin embargo, igual las firmas apuestan por ellas para sus desfiles y campañas, por no hablar de los maniquíes que podemos ver en la vitrina de cualquier tienda.

Es una especie de oda a ser flaca, más no necesariamente saludable. Además, si pasas de una talla 14, todavía es muy difícil que encuentres un atuendo bonito y a la moda. Es como si estuvieras condenada a usar ropa súper ancha (que irónicamente te hará lucir más gruesa aún) o ropa de ejercicio con sus grandes elásticos.

Sin embargo, esto últimamente está empezando a cambiar (para muestra, la última colección de Victoria Beckham para Target). Las mujeres estamos exigiendo que se tomen en cuenta todos los tipos de cuerpo porque la belleza no debería tener tallas ni moldes fijos.

El modelaje plus size (o de talla grande) está cobrando mucha vida gracias a embajadoras como Ashley Graham y Candice Huffine; por lo tanto, ya hay marcas que también se han sumado a la tendencia, algunas por conciencia y otras por economía (en Estados Unidos, por ejemplo, más de la mitad de la población femenina es de “talla grande”).

¿Cuál es mi preocupación? Son cuatro, en realidad. La primera es el concepto de plus-size, ya que algunas tiendas se vanaglorian diciendo que tienen tallas grandes y en realidad se trata de una talla 10 o 12. Eso lleva a que muchas mujeres se auto-cuestionen y se generen dudas corporales que antes no existían.

La segunda, que se hable de “mujeres reales”, ya que no hay que olvidar que también hay chicas naturalmente delgadas y no por eso son extraterrestres. Tercero, que la moda se vaya a los extremos, ofreciendo tallas muy pequeñas o muy grandes, pero se olviden esos cuerpos de contextura media, como una talla 8. Y cuarto y para mí lo más importante, que se ponga el enfoque nuevamente en lo físico y no en el estado de salud, ya que como hay mujeres curvilíneas con mejores valores médicos que una delgada, lo cierto es que el sobrepeso puede conllevar a consecuencias muy negativas por más fabulosa que luzcas.

En este sentido, creo que la modelo Ashley Graham ha hecho un gran trabajo, ya que a través de sus redes sociales también comparte sus rutinas de ejercicio y siempre alienta a sus seguidoras a estar orgullosas de su cuerpo (celulitis incluida) y, por eso, fomenta a cuidarlo desde con mimos de spa hasta con una alimentación saludable (que no es lo mismo que dieta) y actividad física.

Pero la verdad es que todavía hay mucho camino que recorrer en esto de la moda plus-size, pero me alegra que finalmente se abran los ojos ante una realidad que es muy clara en las calles: la mayoría de las mujeres no somos talla 0 ni 2 y hay tantos tipos de cuerpo como féminas en el mundo, ya que la contextura es una mezcla de factores que van desde lo genético hasta de hábitos.

Yo nunca he tenido un sobrepeso para ser considerada obesa, pero sí me ha pasado, como seguramente a muchas de ustedes, que he aumentado de peso lo suficiente como para sentirme mal con mi aspecto físico. Parece tonto, pero uno pierde a veces hasta las ganas de arreglarse, y si a eso le sumas que ni siquiera hay ropa que te haga sentir bonita de tu talla, el resultado es anímicamente catastrófico.

Mujeres, tenemos que liberarnos de la tiranía de las tallas y dejar de compararnos o definirnos como “flaquitas”, “rellenitas” o “gorditas”. Midámonos más por nuestros actos y simplemente trabajemos por sentirnos mejores con nosotras mismas, porque de esa manera es que también seremos capaces de ayudar a los demás.

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