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“The Discovery”: la vida en el más allá

The Discovery, una película comprada por Netflix para estrenarla exclusivamente en streaming en su canal (lo cual ocurrió hace alrededor de un mes), aunque antes la proyectaron en el Sundance Festival, muestra un mundo futuro al borde de lo inestable.

Un científico, el Dr. Thomas Harbor (Robert Redford), acaba de obtener pruebas de la vida en el más allá. Él lo considera un nuevo plano de la existencia.

Pero no ha medido las consecuencias de revelar dicho descubrimiento a la población: las consecuencias son tan extremas que muchas personas, las que se aferran a cualquier cosa y están desesperadas, empiezan a suicidarse con afán de pasar a una vida mejor, más favorable que la que tienen.

Harbor vive en un retiro en la costa de Nueva Inglaterra: una especie de palacio gigante que recuerda a la morada del Profesor Xavier de los X-Men, donde prosigue sus experimentos y donde acoge a gente que trató de suicidarse y falló o fue salvada a tiempo. Allí vive junto a uno de sus hijos, Toby (Jesse Plemons, al que recordamos por la segunda temporada de la serie Fargo), quien confía en él y le sirve de ayudante.

Al complejo, que ha adquirido casi el nivel de una secta, llegan dos personas: Isla (Rooney Mara), una mujer que ha perdido a su hijo y que intentará suicidarse; y Will (Jason Segel), el otro hijo del Dr. Harbor, un neurólogo que es contrario a los experimentos de su padre y que regresa para convencerlo de que se detenga.

The Discovery es un filme sobre la esperanza y sobre personas que están afectadas por la pérdida, y de cómo cada una de esas personas la afrontan.

Thomas Harbor perdió a su mujer y trata de recuperarla con su descubrimiento, pues cree firmemente que uno se reencuentra con sus seres queridos al morir. Will y Toby, los hijos de Harbor, aún siguen afectados por la muerte de su madre, y ambos quieren recordarla y recuperarla a su manera.

Isla planea su suicidio como manera de volver a ver a ese hijo que murió por accidente. Will, el neurólogo, es la voz que aporta razón y equilibrio a la trama: es un hombre que impedirá el suicidio de Isla y se sentirá atraído por ella desde el momento en que coinciden en un transbordador que los lleva a la mansión del doctor.

Su director, Charlie McDowell, proviene de una familia de tradición cinematográfica: es hijo de Malcom McDowell y de Mary Steenburgen (quien hace un pequeño papel en el introito de la película), e hijastro de Ted Danson. Aunque se ha curtido en series de televisión y en cortometrajes, debutó en el largo con la aclamada The One I Love, que protagonizaban Mark Duplass y Elisabeth Moss.

Con The Discovery ha logrado una atractiva e interesante propuesta en la que van planteándose diversas opciones sobre lo que significa el más allá, dependiendo de lo que cada uno crea y, así, va hilando diversas preguntas sobre la otra vida: ¿es un cielo donde reencontrarnos con nuestros seres perdidos?, ¿un cúmulo de viejos recuerdos que podríamos cambiar en una nueva oportunidad?, ¿un plano distinto de la existencia?, ¿un bucle temporal que nos hace morir y renacer de nuevo?

Pese a su atractivo, y a la solidez de la música y de la interpretación de Redford, y a la historia de amor que desarrolla, al filme le falta un pequeño peldaño para llegar a la grandeza que tenían Interstellar u Olvídate de mí, películas con las que de algún modo está emparentada.

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