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¿Sabes por qué estas piezas de ropa afectan a tu salud?

Nos gusta estar guapos, nos gusta lucir, nos gusta estar a la moda… ¿nos gusta estar sanos? No es una pregunta baladí, puesto que muchas de las tendencias de estos últimos años contienen piezas de vestir que afectan de forma directa e inevitable nuestra salud. Hagamos un repaso:

Las mujeres padecen cuatro veces más problemas de pies que los hombres (juanetes y dedos de martillo, callos y durezas, deformaciones, esguinces de tobillo etc.) y la causa está clara: los tacones. Pero, además, si se usan a menudo y durante mucho tiempo pueden producir un desequilibrio muscular que afecta a nuestros tobillos, rodillas y caderas y provoca tensiones en nuestra columna vertebral.

A los tacones, hay que añadirle un elemento más: las enormes y duras plataformas que hacen que el zapato pierda flexibilidad y no se adapte a la forma del pie, por lo que puede favorecer las tendinitis y el dolor plantar.

Además, si el zapato es cerrado y no es de piel o tela impedimos que el pie respire, acumule sudor y favorezca la aparición de hongos.

Al otro extremo, encontramos las chancletas, imprescindibles en verano, pero que no agarran bien el pie, por lo que afectan nuestra postura corporal. Al amortiguar poco el impacto del paso, generan dolores en el talón, el arco del pie y en la espalda; y al estar el pie tan expuesto, favorece las rozaduras y puede ayudar a que se infecte más fácilmente de hongos y bacterias.

Es difícil hoy en día ver a una adolescente que no esté enfundada en sus tejanos ajustados y, sin embargo, pocas de ellas conocen que debido a su alta comprensión son especialmente agresivos para la salud. En primer lugar, para las articulaciones y el sistema muscular al apretar la cadera y los gemelos.

En segundo lugar y aún más importante, para la circulación sanguínea, provocando dilatación de las venas, síndrome de las piernas cansadas, adormecimiento de las piernas e incluso problemas digestivos. Además, favorecen la sudoración y, por lo tanto, las infecciones víricas, bacterianas y de hongos y propician la aparición de la celulitis por la poca circulación sanguínea en las nalgas.

Aunque no están ya tan de moda, las faldas de tubo o lápiz siguen siendo un clásico entre las mujeres ejecutivos, pero hay que tener cuidado con ellas porque impiden caminar con normalidad, por lo que es fácil que tengamos un tirón muscular e incluso, si las usamos a menudo y muy estrechas, algún tipo de malformación en las rodillas.

La ropa interior es aquella que está en contacto directo con algunas de las partes más sensibles de nuestro cuerpo, por lo que requiere un cuidado especial en su elección.

Se recomienda que la ropa femenina sea de algodón y blanca porque el tinte puede producir irritaciones en la zona genital y evitar el uso de tangas ya que pueden provocar rozaduras en la zona genital, irritaciones, hemorroides e infecciones vaginales.

Aunque habían pasado de moda, vuelve de nuevo con fuerza las fajas para mejorar nuestra figura cuando nos vestimos con ropa ajustada. Es importante elegir bien la talla porque pueden causar dificultades al respirar, afectar al flujo sanguíneo y dolores musculares y de estómago.

También hay que controlar las gomas de las medias y los calcetines. Si notamos que produce marca es que está impidiendo una buena circulación.

Los hombres deben saber que está demostrado que los calzoncillos ajustados pueden perjudicar la producción de esperma. Esto es así porque los testículos tienen que tener una temperatura corporal más baja y la ropa interior ajustada lo impide

Los bolsos grandes, llenos de peso y desequilibrados (en bandolera) pueden producir problemas de espalda que puede llegar a la escoliosis. La mejor manera de no ir con un bolso pesado es que sea pequeño y revisarlo al final de cada semana. Si aun así es necesario que sea grande, es aconsejable elegirlo de un material que pese poco.

Los collares son el complemento ideal que termina de cerrar un conjunto, pero si son muy pesados y se llevan durante mucho tiempo provocan posturas innecesarias en el cuello que pueden acabar provocando molestias cervicales y contracturas.

Lo mismo sucede con los grandes pendientes que van desgarrando poco a poco el lóbulo de nuestra oreja y su solución solo pasa por la cirugía estética.

En cuanto a los hombres, deben tener en cuenta que las corbatas muy apretadas pueden reducir el riego sanguíneo al cerebro, producir dolor de cabeza y tensionar espalda y hombros.

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