El Papa a obispos de Estados Unidos: “Crear cultura del encuentro y abatir los muros”
Abatir muros y construir puentes. Crear una cultura del encuentro. Reconocer la aportación de la cultura hispana y valorar sus dones. En su primer mensaje a los católicos de Estados Unidos tras la elección de Donald Trump como presidente, el Papa Francisco quiso recordar la vocación histórica de la Iglesia en ese país a favor de la integración de los migrantes. E instó a los fieles a ser “portadores de buenas noticias” en una sociedad sujeta a “desconcertantes cambios” y una “creciente polarización”.
Su discurso no fue casual. Se trató de un videomensaje dirigido a la asamblea general de la conferencia de obispos estadounidenses que tiene lugar estos días en Baltimore. Es poco común que el pontífice se pronuncie en medio de una reunión episcopal, por eso sus palabras tuvieron un peso específico, sobre todo considerando las circunstancias sociales y políticas actuales de Estados Unidos.
En realidad el video no estaba previsto en el programa oficial de la reunión. La sorpresa fue presentada por Gustavo García Siller, el vivaz arzobispo de San Antonio (Texas). De origen mexicano, es uno de los 35 hispanos que forman parte del episcopado en Estados Unidos. Como presidente del Comité de Diversidad Cultural, él mismo presentó al Papa Francisco el Quinto Encuentro Nacional de Pastoral Hispana. Fue en octubre pasado, en la Casa Santa Marta del Vaticano.
De aquellas conversaciones en la residencia papal García Siller salió muy entusiasmado, y el pontífice también. De ahí surgió el interés de Francisco por la pastoral hispana y sus palabras proyectadas en Baltimore la tarde del martes. Palabras pronunciadas enteramente en inglés, algo pocas veces visto en el Papa. Como si desease que lo comprendiesen no sólo los latinos sino sobre todo, los anglosajones.
“Nuestro gran desafío es crear una cultura del encuentro, que aliente a cada persona y a cada grupo a compartir la riqueza de sus tradiciones y experiencias, a abatir muros y a construir puentes. La Iglesia en los Estados Unidos, como en otras partes del mundo, está llamada a salir de su comodidad y a convertirse en fermento de comunión. Comunión entre nosotros mismos, con nuestros hermanos cristianos y con todos los que buscan un futuro de esperanza”, indicó Bergoglio.
Evocó su visita apostólica de septiembre de 2015 y reconoció haberse quedado impresionado por la “vitalidad” y la “diversidad” de la comunidad católica. Recordó que, a lo largo de su historia, la Iglesia siempre ha acogido nuevos flujos de inmigrantes que, con su “rica variedad” de lenguas y tradiciones culturales, han dado forma al “rostro en continua trasformación” de la Iglesia estadounidense.
“La comunidad cristiana debe ser un signo y un anuncio profético del plan de Dios para toda la familia humana. Estamos llamados a ser portadores de buenas noticias para una sociedad sujeta a desconcertantes cambios sociales, culturales y espirituales, y a una creciente polarización”, añadió.
Además se refirió específicamente al Quinto Encuentro Nacional, un proceso que iniciará en todas las diócesis del país en enero y concluirá con una celebración en Grapevine, Texas, prevista para septiembre de 2018 . Sostuvo que esa actividad busca reconocer y valorar los dones específicos que los católicos hispanos han ofrecido y siguen ofreciendo a la Iglesia en Estados Unidos, pero que –sobre todo- parte de un proceso más grande de renovación y de impulso misionero.
“Espero que la Iglesia en su país, en todos sus ámbitos, acompañe este encuentro con su propia reflexión y discernimiento pastoral. De manera particular, les pido que consideren de qué manera sus Iglesias locales pueden responder mejor a la creciente presencia, a los dones y al potencial de la comunidad hispana. Conscientes de la aportación que la comunidad hispana ofrece a la vida de la nación, rezo para que el encuentro contribuya a la renovación de la sociedad y al apostolado de la Iglesia en los Estados Unidos de América”, apostilló.
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