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¿Decepción en la noche de bodas? 4 consejos para evitarla

Al final llegará esta noche, la noche de bodas. La esperáis durante veintitantos años (a veces más), verdes en el tema como tomates inmaduros, con ideas sacadas de los cuentos. Pensáis que tienen que sonar para vosotros coros de los ángeles en un ambiente de éxtasis. Después de todo, así es en teoría. ¿Y cómo es en la práctica? De maneras muy distintas. Por lo tanto, ¿a lo mejor, vale la pena probar antes de la boda, para encajar? No os dejéis llevar por este mito.

Estoy casada desde hace cinco años y mis preferencias en la categoría de la “alcoba conyugal” cambian aproximadamente cada seis meses. Será por una crisis en la familia, un embarazo que conlleva seguidamente la alimentación del bebé, después el tiempo de un agotador trabajo profesional y, de nuevo, una mezcla de hormonas con el retorno de la subida de la fertilidad.

Mi libido salta como un canguro borracho. A veces se cae al suelo y sigue allí. Todo esto se junta con la libido de mi esposo. Ya son dos, las que hay que sintonizar constantemente para evitar la discordia. Nada de sexo antes de tiempo, así, “por si acaso”. Esto no garantiza que encajéis en el futuro. Antes de la boda, a lo sumo, uno se puede probar la ropa interior.

¿Esto significa que estáis condenados a la decepción en la noche de bodas? No, ¡en absoluto! Esta puede ser una de las más bellas noches de vuestro matrimonio. ¿Cómo conseguirlo?

La noche de bodas es el comienzo de una gran aventura, que trazará un mapa de vuestras mentes y vuestros cuerpos.

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