Aumentan los sacrilegios en el sureste mexicano

Los actos de profanación de iglesias y de formas sagradas han aumentado exponencialmente en México, sobre todo en el sureste del país.  Este fenómeno no se veía sino desde los tiempos de la persecución religiosa en la primera mitad del siglo pasado.

El pasado viernes 28 de octubre en la madrugada un grupo de maleantes forzó los barrotes del ventanal del templo de San Camilo en la ciudad de Mérida, capital de Yucatán, para cometer el sacrilegio.

Ahí no se reportó robo, sino la sustracción –y el hurto- de la hostia principal del sagrario y la acción de esparcir las formas sagradas en el suelo, con una evidente intención de profanar.

En la madrugada del lunes 31 también entraron en la capilla de Xbacab, en la parroquia para también robarse únicamente las sagradas formas.

En Yucatán se celebró ya una Misa de desagravio el pasado sábado 29. Además, el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, convocó el jueves 3 de noviembre a que hubiera exposición al Santísimo en desagravio en cada parroquia.

Por su parte, el obispo de Campeche, José Francisco González, declaró a los medios de comunicación de la localidad: “Nuestro dolor se transforma en oración de expiación y perdón por los autores intelectuales y materiales de tan repudiable acción”.

Por su parte, el padre Ángel Alfredo, del templo de Yucatán profanado, subrayó: “Este hecho está relacionado con la persecución religiosa. Estoy convencido de que esto sucede porque se reza menos, se practican menos actos de piedad, se abandona la Palabra de Dios como fuente de espiritualidad y se relativiza la figura del demonio”.

Los actos de profanación contra templos e iglesias en México son, principalmente, para robar arte sacro, por delitos menores como el robo de las limosnas o por odio a la fe católica.

Sin embargo, según el Centro Católico Multimedial (CCM), que se dedica a darle seguimiento a este tema y al de los sacerdotes asesinados o extorsionados, refiere que la profanación ha aumentado hasta alcanzar un promedio de 26 templos profanados por semana.

Según los registros del CCM, la violencia contra los 11.000 templos distribuidos entre las 18 provincias eclesiales del país de 2007 a la fecha sufrido un aumento de 600 por ciento en los últimos 20 años.