¿Alguien podrá frenar a la violencia en Río de Janeiro?
La violencia urbana sigue en aumento en Río de Janeiro (Brasil) y un último dato revelado por el Instituto de Seguridad Pública difundido por la Agencia Brasil lo confirma: un muerto cada 90 segundos.
Los incidentes violentos en los que murieron más de 4.000 personas desde el mes de enero de este año van desde homicidios, atracos, diversas lesiones y enfrentamientos con la policía.
Las cifras indican el aumento de muertes en incidentes violentos de casi el 20% si se compara el mismo período de 2015, en base a información oficial recogida por varias agencias de noticias.
Como medida para paliar esta situación crítica, el gobierno de Brasil decidió el envío desde el mes de octubre de soldados federales y de militares a Río de Janeiro. Las respuestas aún están por llegar.
Recientemente, otra noticia que sacudió a las zonas vinculadas con las favelas en Río de Janeiro tuvo que ver con la renuncia del secretario de Seguridad Pública -y principal artífice de las políticas de pacificación-, José Mariano Beltrame.
Beltrame fue el mentor de la política de ocupación de las favelas y el impulsor de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) durante el gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva, encargadas de ocupar estos lugares para bajar los índices de delincuencia.
A las pocas horas de esta renuncia también se conoció el alejamiento por voluntad propia del jefe de Policía Civil de Río de Janeiro, Fernando Veloso, quien aseguró que fue por “falta de recursos” debido a la situación deficitaria que se vive a nivel económico en el estado brasileño.
Por otra parte, al tiempo que se conocen datos sobre el aumento de la violencia urbana en Río de Janeiro, se difundió un estudio elaborado por la consultora Datafolha, a solicitud del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) que establece que más del 70% de los brasileños cree que la policía ejerce un uso excesivo de la fuerza.
A pesar de ello, el 64% de la población considera que la policía también es víctima de la delincuencia y un alto porcentaje también reconoce que las condiciones de trabajo no son las más adecuadas.
De esta manera, a raíz de los últimos datos que generaron conmoción en la opinión pública brasileña, una de las grandes preguntas que surgen es saber si habrá alguien capacitado para frenar la violencia en Río de Janeiro. De momento el panorama que se avizora -con las renuncias de los últimos días más la fuerte incidencia del narcotráfico en la región- no es el mejor.
Y como si todo esto fuera poco, Agencia Brasil acaba de publicar otro dato desolador en base a la información brindada en el Anuario Brasileño de Seguridad Pública: El país registró en 2015 más de cinco violaciones por hora.
Sin dudas, junto con la violencia, todos datos de alarma reabren el debate en un país sacudido por crisis en los últimos años.
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