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México: tres religiosos asesinados en la última semana

Este veinticinco de septiembre de 2016 fue hallado el cuerpo sin vida del mexicano José Alfredo López Guillén, de 43 años de edad y con 15 años de ministerio religioso, párroco de la Santísima Trinidad de Janamuato, Michoacán. De entre todos los cadáveres que fueron hallados durante la última semana en México, particularmente llaman la atención las muertes de tres religiosos. Los primeros dos fueron asesinados en el estado de Veracruz entre el domingo 18 y el lunes 19 de septiembre: eran Alejo Nabor Jiménez y Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, párroco y vicario de la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima en la localidad de Poza Rica, Veracruz. Y el tercero de ellos fue el del sacerdote por cuya seguridad se temía desde el pasado lunes 19 de septiembre, precisamente cuando fueron hallados los cuerpos de los dos sacerdotes veracruzanos.

Hoy, la arquidiócesis de Morelia confirmó, primero con un tuit que resonó en las redes sociales, y luego con un comunicado, el fallecimiento de López Guillén, asesinado con cinco tiros.

Llama también  la atención el hecho de que las tres muertes estén relacionadas a casos de secuestro, como habrían confirmado las investigaciones oficiales de las autoridades locales. A los tres los habrían secuestrado o, de alguna manera sometido, y después les habrían disparado.

Alfredo López, nació el 13 de octubre de 1973 en Panindícuaro, Michoacán. El párroco, de la Iglesia de la Santísima Trinidad de Janamuato, fue ordenado el 7 de junio de 2001 en la Catedral de Morelia, por lo que acababa de cumplir 15 años de sacerdocio, luego de haber cursado 11 años de formación presbiteral en el Seminario Diocesano de Michoacán.

Hoy también, Papa Francisco, además de dar su apoyo a la iniciativa de los obispos de México «para sostener el compromiso de la Iglesia y de la sociedad civil en favor de la familia y de la vida, que en este tiempo requieren especial atención pastoral y cultural en todo el mundo». aseguró su «oración por el querido pueblo mexicano, para que cese la violencia que en estos días ha golpeado también a algunos sacerdotes», refiriéndose a dos sacerdotes asesinados hace siete días en el estado de Veracruz.

En el desolador panorama mexicano, en el que dilagan la violencia y la corrupción, se confirma la tendencia también contra miembros de la Iglesia en el país. Durante la última década han sido asesinados 44 sacerdotes. Según los datos del Centro Multimedia Católico, en los últimos 25 años se han registrado 52 agresiones contra miembros de la Iglesia católica: la mayor parte de los crímenes son perpetrados contra los sacerdotes (78%), sacristanes (10%), seminaristas (8%), diáconos (2%) y periodistas católicos (2%). Sin olvidar el asesinato del cardenal Juan Luis Posadas Ocampo, arzobispo de Guadalajara, masacrado en el aeropuerto de su ciudad en mayo de 1993.

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