Lombardi: el primer día del Papa en Polonia fue muy intenso y proficuo

«Me parece que puedo decir que ha sido un primer día intensísimo y muy proficuo; y luego nos falta lo demás». De esta manera definió el portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi el primer día del Papa en Polonia, que llegó hoy a Cracovia para la XXI Jornada Mundial de la Juventud. Sobre el encuentro con los obispos polacos, en la catedral, que se llevó a cabo a puerta cerrada, el padre Lombardi dijo se refirió a un clima «muy simple y familiar; insisto –dijo– que la mayor parte de los obispos son simples, no son las viejas guardias que ponen un poco bajo presión, pero no es que haya misterios, el encuentro se llevó a cabo en absoluta familiaridad». 

Entre los temas, dijo, se afrontó el de la «descristianización, y el Papa, como es una de sus características, habló una vez más del estar cerca, de ser prójimos, de hacer obras de misericordia, de la atención, del transporte». 

Otro de los temas afrontados en el encuentro con los obispos fue: la idolatría del dinero, a la que hay que oponer un «clima de solidaridad» y el «compromiso concreto por la misericordia y su relización en el mundo de hoy». En cuanto a los refugiados, subrayó la complejidad de las causas que llevan a la gente a abandonar sus tierras. 

Después del encuentro en el castillo de Wawel con el presidente de la República Polaca Andrzej Duda, con las autoridades institucionales y con el cuerpo diplomático, el Pontífice fue recibido en la cercana catedral por el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia. El Papa se detuvo en oración silenciosa frente al edículo de san Estanislao, en donde se encuentran expuestas las reliquias de San Juan Pablo II. Se reunieron con Papa Francisco, en forma de diálogo informal, según el deseo expresado por él mismo, alrededor de 120 obispos de Polonia. Al final, el Papa volvió al arzobispado, desde donde se conectó en vivo con los 90 mil jóvenes italianos que han viajado a Cracovia para participar en la JMJ. Los “azzurri” se encontraban en una de las plazas de la ciudad y tres de ellos dialogaron con el Papa sobre el miedo, el bulismo, la paz y el odio en el mundo.