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Hoy celebramos también a ... Beata María del Tránsito Cabanillas de Jesús Sacramentado

María del Tránsito  Eugenia de los Dolores Cabanillas nació el día 15 de  agosto de 1821 en la estancia de Santa Leocadia, actual  Carlos Paz (Córdoba, Argentina).

Su padre, Felipe Cabanillas Toranzo, descendía  de una familia de Valencia (España) emigrada a Argentina durante la segunda mitad del siglo XVII y que logró reunir  una cierta fortuna económica en su nuevo ambiente, pero que se distinguió sobre todo por su profunda religiosidad cristiana.
 
En 1816, Felipe Cabanillas se unió en matrimonio con la joven Francisca Antonia Luján Sánchez, de la que tuvo once  hijos. Tres fallecieron prematuramente, cuatro contrajeron matrimonio y los otros se consagraron a Dios: uno como sacerdote secular y tres como religiosas en diversos Institutos, continuando así una larga y gloriosa tradición familiar.
 
La beata era la tercera nacida de la familia. Bautizada por Mariano Aguilar el día 10 de  enero de 1822 en la capilla de San Roque, le impusieron los nombres de Tránsito, es decir, María del Tránsito o María Asunción, y de Eugenia de los Dolores. Recibió el  sacramento de la confirmación con cierto retraso, el día 4  de abril de 1936, dada la lejanía del centro diocesano.
 
Tras la primera educación familiar, María del Tránsito fue enviada a  Córdoba
, ciudad de nobles tradiciones culturales, con su famosa universidad del siglo XVII, fundada por el obispo franciscano Fernando Trejo y Sanabria, y los colegios de Santa Catalina (1613) y de Santa Teresa (1628).

Desde 1840, al tiempo que seguía sus estudios, cuidó de su hermano menor, que estaba preparándose para el sacerdocio en el seminario de Nuestra Señora de Loreto de la citada ciudad de Córdoba.
 
En 1850, tras la muerte de Felipe Cabanillas, la familia entera se trasladó definitivamente a Córdoba, por lo que la Venerable María del Tránsito se estableció con su madre, su hermano, que fue ordenado sacerdote en 1853, sus hermanas y cinco primas huérfanas en una casita situada cerca de la iglesia de San Roque.

María del Tránsito se distinguió por su piedad, sobre todo hacia la Eucaristía, llevó a cabo una intensa actividad como catequista e hizo muchas obras de misericordia, visitando frecuentemente a los pobres y a los enfermos en compañía de  su prima Rosario.
 
Después del fallecimiento de su madre (13 de  abril de 1858), la beata ingresó en la Tercera Orden Franciscana e intensificó su vida de oración y de penitencia, dirigida espiritualmente por el Padre Buenaventura Rizo Patrón, franciscano, que  sería ordenado obispo de Salta en 1862.

Pero ella anhelaba consagrarse a Dios por entero. Por eso, en 1859, con  ocasión de su profesión en la TOF, emitió el voto de virginidad perpetua y empezó a pensar en la fundación  de un Instituto para la instrucción cristiana de la infancia  pobre y abandonada.
 
En 1871 entró en contacto con Isidora Ponce de León, que se interesaba vivamente por la erección de un monasterio de carmelitas en Buenos Aires. Al año siguiente, María del Tránsito la siguió hasta Buenos Aires e ingresó en el monasterio el 19 de marzo de 1873, el mismo día en que fue inaugurado.

Pero su compromiso ascético se reveló superior a sus fuerzas físicas, cayó enferma y, por razones de salud, tuvo que abandonar la clausura en abril de 1874.

En septiembre de aquel mismo año, creyéndose suficientemente recuperada, ingresó en el convento de las religiosas  de la Visitación de Montevideo, pero también allí cayó enferma pocos meses después.
 
La beata acepta todo con admirable resignación, abandonándose cada vez con más confianza en las manos de la Divina Providencia.

Contemporáneamente, vuelve a emerger su idea de una fundación educativa y asistencial al servicio de la infancia.  Varios franciscanos la alientan a ello

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