Conocimiento paranormal, experiencia mística,... ¿Se da la telepatía?

Ciñéndonos a la etimología griega, el vocablo telepatía indica lo que se prueba, se experimenta, se escucha desde lejos, por tanto es también una impresión, un sentimiento, una preocupación a distancia. Es un fenómeno por el que una persona es capaz de percibir los pensamientos y los sentimientos de otra.

Forma parte del conocimiento paranormal en todas sus modalidades, tanto en la telepatía como en la clarividencia, ya sea en el presente (telestesia) como en el pasado (psicometría) o en el futuro (precognición).

La telepatía se distingue de la telestesia o clarividencia y de la lectura de los corazones, que es el típico fenómeno místico. La telepatía forma parte de las llamadas percepciones extrasensoriales. En el plano humano, algunos estudiosos piensan que es una capacidad a desarrollar con técnicas y ejercicios apropiados. A menudo está acompañada por alucinaciones, entre personas lejanas, independientemente de cualquier medio de comunicación.

Esta puede ser distinta: espontánea o provocada, pero en ninguno de los dos casos casos hay estudios científicamente exactos.

Ejemplos

Como fenómeno místico cabe recordar que el mismo Jesucristo que conocía perfectamente los pensamientos más íntimos de sus interlocutores, como se puede ver en el diálogo con la samaritana (cf. Jn 4, 1-42).

Famosa es la experiencia de san José de Cupertino que manifestó en su vida fenómenos de telepatía (veía cosas lejanas que sucedían mientras ocurrían).

Otro caso impactante es el de san Pío de Pietrelcina del que se cuenta que un día, sin que nadie le dijese nada, tomó el breviario de un sacerdote desconocido que había venido de visita a san Giovanni Rotondo y escribió en la última página la solución a un problema moral que le preocupaba desde hacía tiempo, aunque en ese momento no estaba en sus pensamientos.

Interpretación del fenómeno

La telepatía la explica Albert Farges en estos términos: “Lo que viaja de cerebro a cerebro no es un pensamiento espiritual, ni una sensación, sino vibraciones luminosas, sonoras… una imagen física que la conciencia al final percibe… (1).

La explicación probablemente más concreta sobre el plano humano la provee el jesuita Carlos De Heredia que afirma que “la verdadera comunicación telepática se verifica entre dos subconscientes, el que transmite y el que recibe, y creemos que nuestros experimentos contribuyen a aclarar esta hipótesis. Téngase presente que no tratamos de excluir la transmisión entre el consciente y el subconsciente, sino que, dados nuestros experimentos, nos inclinamos a creer que la transmisión telepática se verifica “al menos más fácilmente entre dos subconscientes”… como sucede en los casos espontáneos”(2).

En el plano religioso el fenómeno encuentra una explicación en la intervención de Dios, que lo concede para objetivos particulares y para dar mensajes específicos a personas concretas; por este motivo, según san Pablo pertenece a la gracia dada gratuitamente.

1) A. Farges, Les phénomènes mystiques, t. II, Paris 1923, p. 138.
2) C.M. De Heredia, Le frodi dello spiritismo e i fenomeni metapsichici, Roma 1955, p. 340.

Tomado de Luigi Borriello y Raffaele Di Muro, Diccionario de los fenómenos místicos cristianos, Editorial Ancora

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