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Papa Francisco deja medallas presidenciales a la Virgen de Copacabana

El Papa Francisco se despidió del pueblo boliviano este viernes 10 de julio y dejó las condecoraciones y las medallas presidenciales a la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia. La condecoración y el crucifijo con la imagen del Cristo sobre la hoz y el martillo, fuente de polémicas en las redes sociales y en los medios de comunicación, quedaron a los pies de la Virgen.
 
Esta mañana Francisco entregó las dos condecoraciones para que sean puestas en el altar mariano, las cuales le fueron conferidas por el presidente Evo Morales durante la visita de cortesía al Palacio del Gobierno en La Paz.
 
Con motivo de la entrega de los dos reconocimientos presidenciales a la Virgen, el Papa manifestó su “profundo agradecimiento por las distinciones que el Señor Presidente de Bolivia” le entregó.
El Papa explicó que en “reconocimiento a la nobleza y la piedad del pueblo boliviano” ha dejado las condecoraciones a la Virgen “para que al mirarlas cuide con mucha ternura maternal a este querido pueblo y lo custodie con Él”.
 
Esta mañana, la Oficina de prensa de la Santa Sede informó que el Papa celebró una misa en la capilla de la residencia privada del arzobispo emérito de Santa Cruza de la Sierra y durante la ocasión dejó ambas distinciones recitando una oración.
 
Te ruego que estos reconocimientos, que dejo aquí en Bolivia a tus pies, y que recuerdan la nobleza del vuelo del Cóndor en los cielos de los Andes y el conmemorado sacrificio del Padre Luis Espinal, S.I. sean emblemas del amor perenne y de la perseverante gratitud del Pueblo boliviano”, recitó Francisco.

El portavoz vaticano padre Federico Lombardi, ya aclaró en una rueda de prensa que el Papa no recibe, ni acepta condecoraciones. Y respecto a la reacción del Papa la recibir los regalos del gobierno de La Paz: "El Papa no ha tenido una particular reacción a esto y no me ha dicho que manifieste particular reacción negativa a esto", afirmó Lombardi.
 
A continuación, la oración completa de papa Francisco a la Virgen ofreciendo las condecoraciones
 
Madre del Salvador y Madre nuestra: tú, Reina de Bolivia, desde la altura de tu Santuario en Copacabana atiendes a las súplicas y a las necesidades de tus hijos, especialmente de los más pobres y abandonados, y los proteges.
 
Recibe como obsequio del corazón de Bolivia y de mi afecto filial los símbolos del cariño y de la cercanía que – en nombre del Pueblo boliviano – me ha entregado con afecto cordial y generoso el Señor Presidente Evo Morales Ayma, en ocasión de este Viaje Apostólico, que he confiado a tu solicita intercesión.
 
Te ruego que estos reconocimientos, que dejo aquí en Bolivia a tus pies, y que recuerdan la nobleza del vuelo del Condor en los cielos de los Andes y el conmemorado sacrificio del Padre Luis Espinal, S.I. sean emblemas del amor perenne y de la perseverante gratitud del Pueblo boliviano a tu solícita y fuerte ternura.
 
En este momento pongo en tu corazón mis oraciones por todas las peticiones de tus hijos, que he recibido en estos días, tantas. Madre: te suplico que les escuches; concede a ellos tu aliento y tu protección, y manifiesta a toda Bolivia tu ternura de mujer y Madre de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
Amén.

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