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Personas que inspiran, y las conoces

¡Qué lección me da el enfermo que mira su vida con paz y vive su día con paciencia, el pecador que no se asombra ante una nueva caída, que no se acostumbra y vuelve a levantarse queriendo hacerlo todo mejor.

El ejemplo me lo da la persona que renuncia a lo que cree tener derecho por amor. Aunque salga perjudicada. Pero sabe que es lo que Dios espera de ella.

El ejemplo me lo da ese hombre débil que cae agotado y no deja de mirar la meta mientras se levanta herido. El ejemplo me lo da el que lo ha perdido todo en la vida y sigue sonriendo, sabiendo que cada día es una nueva oportunidad para seguir amando.

El ejemplo me lo dan los que perdonan, habiendo sido heridos, difamados, condenados injustamente. El ejemplo me lo dan los que se aman después de tantos años, con deficiencias, con problemas y vuelven a levantar en sus vidas cada mañana el estandarte de la esperanza.

El ejemplo me lo dan los que no envejecen en el corazón aun pasando los años y se abren a los que aún no conocen, queriendo encontrar en ellos un motivo para seguir luchando.

El ejemplo me lo dan los que no juzgan ni critican llevados por las apariencias. Miran con bondad a los que han caído. Y aceptan sin temor a los que no son como ellos.

El ejemplo me lo dan los que trabajan todos los días desde la mañana a la noche y no siempre logran lo que se han propuesto. Pero al final del día sonríen agradecidos. Poder trabajar y luchar todo el día es ya un privilegio.

El ejemplo me lo dan los veraces, los que nunca mienten, los que aceptan su verdad y las consecuencias de su actitud coherente.

El ejemplo me lo dan los que siempre están atentos porque la vida da oportunidades que se lleva el viento y tengo que saber aprovechar cada minuto que tengo entre mis dedos.

El ejemplo me lo dan los que sufren y no se hunden ni desaniman. Y siempre tienen una palabra de elogio para el que ha triunfado, para el que es más fuerte.

El ejemplo me lo dan los que nunca se comparan y conservan no sé bien cómo un corazón inocente, de niño que alza las manos al cielo siempre agradecido.

Yo necesito esos ejemplos para levantar el vuelo. Y quiero ser ejemplo en mi forma de vivir la vida. Desde mis límites y caídas. Desde mi pobreza y debilidad. Pero sabiendo que Dios hace obras de arte con mis días. Cuando me dejo hacer como el barro entre sus manos.

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