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Tarjetas de identificación parroquial en Texas: una estrategia para combatir el miedo a salir de casa

En Texas está vigente una normativa que los hispanos residentes en este enorme Estado de la Unión Americana y la prensa han bautizado como la ley “enséñame tus papeles”.

Por una falta de tránsito o por cualquier motivo que la policía crea que es violatorio de la ley, la persona puede ser requerida para mostrar su sus documentos. Muchas veces es el principio de una deportación, por no tener papeles en regla…, o por no tener una forma de identificarse.

El obispo Daniel E. Flores, titular de la diócesis fronteriza Brownsville, Texas, presentó el pasado mes de septiembre la “estrategia de identificación parroquial” con la que se pretende –así de sencillo– paliar el miedo de los indocumentados a salir de sus casas.

Identificación válida

Como informa la publicación oficial del Valle del Río Grande, al sureste de Texas, fronterizo con poblaciones mexicanas como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo (Tamaulipas), The Valley Catholic, el programa proporciona tarjetas de identificación con una foto a los feligreses.

La tarjetas son emitidas por parroquias individuales o por organizaciones que las autoridades locales y funcionarios de Brownsville y de otras poblaciones aledañas dijeron que aceptarán como identificación válida.

Ciertamente, y aunque sean válidas para mostrar una identificación de los parroquianos, estas tarjetas no podrán usarse como reemplazo de la licencia de conducir o en lugar de una identificación oficial del gobierno.

Lo que la diócesis de Brownsville y un grupo de líderes interreligiosos en el Valle del Río Grande persiguen con la estrategia es proporcionar a los miembros de las parroquias de la diócesis una forma de identificarse ante la policía local, independientemente de su estatus legal.

Un significado más allá de la foto

El obispo Flores –conocido por su labor a favor de migrantes e indocumentados hispanos—dijo a The Valley Catholic que la necesidad de identificación tiene “un profundo significado” en la vida de las personas, y más aún para los inmigrantes marginados.

“Me gustaría enfatizar que la identificación significa algo más que simplemente su implicación de que tienes una identificación, una dirección, una foto o algo que mostrar, tal vez si te detienen en una luz roja o por alguna otra razón”, dijo el obispo Flores.

“Significa algo mucho más profundo: ‘Pertenezco a una parroquia, y en esta comunidad, no vivo en las sombras'”, agregó el prelado estadounidense de origen hispano durante la presentación del documento.

Varios funcionarios locales se unieron al esfuerzo, incluidos jefes de policía y funcionarios de Pharr, Edinburg y McAllen, poblaciones del Valle del Río Grande aledañas a Brownsville y que forman parte de la diócesis que encabeza el obispo Flores.

Para poder asistir a Misa

Como en su momento informó Aleteia, este programa de identificación parroquial inició hace aproximadamente un año y medio en Farmers Branch, un suburbio de Dallas, Texas.

Y se inició cuando en las parroquias se dieron cuenta que muchos feligreses sin papeles no asistían a la Misa dominical por temor a ser detenidos y no poder mostrar ningún tipo de identificación (lo cual podría arrojarlos a sus países de origen de manera casi inmediata).

A la fecha, unas 10.000 personas en este suburbio de Dallas ya poseen una identificación parroquial y asisten a los servicios religiosos o llevan a sus hijos a la escuela, van al supermercado o al trabajo con mayor tranquilidad.

Evidentemente, lo mismo sucede en la zona fronteriza con México, con poblaciones mayoritariamente hispanas cuya principal necesidad –lo han dicho de todas las maneras posibles a la parroquia– es una identificación que los ponga a salvo del requerimiento de la policía.

Aceptación de todos los sectores

Tanto en Farmers Branch como en Brownsville y sus alrededores, la aceptación por parte de la policía local de las tarjetas de identificación parroquial es la clave. En ambos sitios la policía ha aceptado, lo cual no quiere decir que con ella se tenga una identificación oficial del gobierno.

La tarjeta identifica a la persona como miembro de una comunidad parroquial y que asiste a esa parroquia de manera constante. Además de los datos generales del feligrés, la tarjeta tiene un tiempo de vigencia y puede ser expedida o por las parroquias católicas o por otras organizaciones religiosas del sureste de Texas.

Durante la reunión el pasado mes de septiembre, la hermana Norma Pimentel, miembro de los Misioneros de Jesús y directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, presentó un cheque por 10.000 dólares de esa organización como dinero inicial para financiar el programa.

Con información de Paul Binz Valley Catholic

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