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Cuándo salir corriendo a los brazos de María

María, como la mejor de las madres, está siempre dispuesta a ayudarnos. Espera pacientemente nuestro llamado y acude de inmediato, tal como lo hacen nuestras madres. Con los brazos abiertos y el corazón derretido de amor. Pensar que es nuestra intercesora debe llenarnos de gran alegría y también de fe. ¿Quién mejor que Ella para interceder ante el Padre?

No la olvidemos, no la dejemos a un lado, dediquémosle todos los días un momento de oración. Porque Ella jamás nos abandona.

Cundo te sientas triste y desesperado

No importa qué haya causado tu tristeza. Puede ser tal vez una tontería, un detalle insignificante o una profunda herida la que haya dado rienda suelta al llanto y la tristeza.

¡Corre a los brazos de María! Nadie puede consolarnos mejor que Ella.

Cuando debas tomar una decisión importante

Piensa, piensa, piensa, pero no dejes de lado a Dios ni a su Madre. Cada vez que tengas que tomar una decisión acude a ellos sin dudarlo. Pídeles consejo, háblales tal como lo haces con un amigo, en la naturalidad de tus conversaciones y pensamientos.

Cuando sientas ganas de pagar con la misma moneda

Cuando la rabia y la sed de venganza se apoderen de ti, acude desesperadamente a María y con ese mismo desespero que te invade, pídele que te ayude. Que te llene de fortaleza y paciencia, para no caer en el fatal error de pagar con la misma moneda al que te ha hecho daño.

Cuando sientas miedo

Sentir miedo es algo completamente natural; sin embargo, a nadie le gusta experimentar esta sensación. En esos momentos, en los que el aire no parezca entrar a tus pulmones, piensa en María y en el miedo que ella también sintió al ver a su hijo en la Cruz. Acude a sus brazos.

Cuando seas tentado

Podemos ser tentados mil veces al día. El demonio sabe perfectamente cuáles son nuestras debilidades y trabaja para que caigamos en pecado. Aunque debemos tener presente que somos frágiles, es importante que nos esforcemos por no caer.

Pidamos a María que nos dé la valentía y las fuerzas necesarias para saber decir no o para alejarnos de lo
que nos tienta.

Con información de Catholic Link

Publicado en la edición impresa de El Observador del 16 de junio de 2019 No.1249

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