Ponte bajo el manto de la Virgen María con esta oración
La Santísima Madre puede no estar físicamente presente en esta tierra, pero ella permanece al lado de su hijo, Jesús, y escucha atentamente los gritos del mundo.
A causa de esta posición celestial, ella puede hacer sentir su presencia en cualquier lugar de la tierra y puede consolarnos en nuestros dolores y regocijarse con nosotros en nuestras alegrías.
Muchos santos a lo largo de los siglos han instado a los cristianos a ver a María como una madre espiritual a la que podemos acudir en nuestros momentos de necesidad.
Una imagen útil es imaginarnos a nosotros mismos corriendo como un niño pequeño y arrojando nuestras cabezas en el regazo de la Santísima Madre. Una vez allí, la Virgen María acariciará nuestro cabello y nos cubrirá con su suave y cálido manto, asegurándonos que todo estará bien.
Aquí hay una breve oración que puede ayudar a interiorizar esta imagen y a llamar a María como una madre que está lista para ayudarnos, sin importar lo que suceda.
Te amo, la señora más amable.
Por el amor que te tengo,
prometo siempre servirte,
y hacer todo lo que pueda
para que también seas amada por los demás.
Pongo todas mis esperanzas en ti,
toda mi salvación…
Recíbeme como tu siervo
y cúbreme con el manto de tu protección,
Tú, Madre de misericordia.
Amén.
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