Nueva beata mexicana
Por José Francisco González González, obispo de Campeche
En nuestra Insigne Nacional Basílica de Guadalupe, el sábado 4 de mayo 2019, es beatificada una mujer: madre, viuda, mística; es decir, Conchita Cabrera de Armida. La ceremonia la preside, en nombre del papa Francisco, el Card. Angelo Becciu, presidente de la Congregación de los Santos.
Conchita nació en el Estado de San Luis Potosí en 1862. Se casó con Francisco Armida (1884), quien muere en 1901. Un año después, muere Pedro, uno de sus nueve hijos. Cinco años después, su hijo Manuel entra a formar parte de los Jesuitas. Conchita va a sufrir muchas penas familiares, enfermedades personales, escasez económica y, finalmente, va a morir en 1937, a la edad de 74 años.
Antes de ver algunas frases de esta mujer maravillosa por toda la riqueza espiritual y humana que aporta a la Iglesia, cabe tener presente una frase profética del fraile capuchino del Vaticano, Raniero Cantalamessa: “Hermanos obispos, hagan a la Iglesia universal el favor de dar a Conchita primero como santa y después como doctora de la Iglesia”. (N.R. Fue un clamor del padre en el Retiro Mundial de Sacerdotes organizado por la Renovación Católica en Monterrey en 1995)
Veamos algunas frases de esta prolífica escritora espiritual
FRASES ESPIRITUALES
- a) En la cruz y en la Eucaristía se encuentra la escuela de los santos […] Las religiosas procurarán asimilarse a la Sagrada Eucaristía, siendo puras, siendo víctimas
- b) La meditación es hija del recogimiento y de la soledad del alma, y en la medida que crece el vacío de ésta por el despojamiento de las pasiones, el alma adquiere luz y conocimiento más y más claro de las perfecciones de Dios y de las miserias propias.
- c) La Eucaristía es la encarnación perpetua en las almas, otra especie de encarnación que concluye cuando concluyen las especies sacramentales […] El fin de la Eucaristía es la glorificación de los cuerpos para la resurrección […]; para los cuerpos que la reciben es un germen de la inmortalidad para la glorificación eterna.
- d) Donde entra el sacrificio voluntario sufrido ocultamente por Dios, ahí no entra Satanás
- e) Quiero ser santa, mi Jesús, no de altar, sino de amarte desde aquí hasta los insondables abismos de la Trinidad.
- f) Ser hostia es ser víctima, convertirse en holocausto por las almas. Es darse a ellas sin pertenecerse.
FRASES SACERDOTALES
- a) ¡Qué cosa tan sublime es ser sacerdote! […] Que no se te pase un solo día sin agradecerle a Dios tan grande favor.
- b) Si quieres salvar almas hemos llegado al poderoso y único medio: los sacerdotes santos; serán santos a medida que te santifiques; serán puros a medida de tu pureza, serán santificados a medida de tus sacrificios.
- c) Quiero amor en almas sacerdotales; quiero destruir la indiferencia que me hiela en ellas; quiero vida interior, intimidad conmigo en esas almas consagradas. Quiero desterrar la apatía de sus corazones y hacerlos arder en celo de mi gloria. Quiero activar la vida divina en tantas almas de los míos, que desfallecen. Quiero destruir la indiferencia que paraliza la acción de Dios y aleja a los sacerdotes de mis gracias.
- d) Los sacerdotes son fibras de mi alma, esencia de mi corazón, sus mismos latidos.
- e) Por la falta de transformación de los sacerdotes hay tanto apostolado estéril en mi Iglesia; éste es el punto capital de tanta falsa piedad que existe en las almas.
- f) Muchos pecados de sacerdotes hay que expiar […] Sacrifícate y sacrifícame.
- g) Los sacerdotes deben amar a María con el mismo amor, con la misma ternura, respeto, obediencia, fidelidad gratuita y pureza con que yo la amé. A ella deben recurrir los sacerdotes rogándole que los modele, rasgo por rasgo, a su divino Jesús.
¡Beata Conchita Cabrera, intercede por nosotros!
Envíe un comentario