¿Se han preguntado por qué los pastorcitos de Fátima lucen “enojados” en sus fotos?
La bloguera católica Kathy Schiffer intentó dar respuesta en el National Catholic Register a una pregunta algo peculiar sobre Santa Jacinta y San Francisco, los santos pastorcitos de Fátima: ¿Por qué estos niños santos fruncen el ceño en las fotos que les tomaron?
¿Lo han notado? En casi todas su fotos, que son pocas, estos dos niños aparecen frunciendo el ceño, como si estuviesen enojados. ¿Por qué? ¿cuál es la historia detrás?
Su prima, la hermana Lucía, la tercera vidente de Fátima, describía a Jacinta como cariñosa, con una dulce voz y muy bailarina. Francisco tenía una disposición plácida, tenía cierta inclinación musical y le gustaba estar solo para pensar; y así se mantuvieron ambos después de las apariciones marianas.
Entonces, ¿por qué tan serios?
¿Era por sus… dientes?
Según Angus Trumble, director de la National Portrait Gallery de Canberra, Australia, era común encontrar gente seria en las fotografías del siglo XIX o principios del XX debido a que tenían dientes afligidos. En aquellas épocas, no había el cuidado que hoy se da a los dientes y la gente dudaba de mostrarlos porque solían tenerlos muy dañados.
¿Y si, por el contrario, era para verse elegantes?
Christina Kotchemidova, profesora de artes de la comunicación en Spring Hill College, de Alabama, Estados Unidos, recuerda que en esa época una fotografía no tenía el mismo significado que se le da actualmente. Asimismo, sonreir frente a una cámara en aquellas épocas significaba algo muy diferente.
Resulta que los fotógrafos profesionales de entonces, intentaban tener estándares artísticos similares a los pintores, y estos no solían retratar a las personas con sonrisas pronunciadas ya que esto significaba locura. A algunos santos se les pintaba con una tenue sonrisa, pero no sonriendo de oreja a oreja como lo hacemos hoy.
Es por esto que, muy probablemente, Santa Jacinta y San Francisco no hayan sonreído para la foto y pusieron esa cara. No porque estuvieran molestos, sino porque el fotógrafo, para realizar un trabajo de calidad, les pidió no sonreír y ponerse serios.
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