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El abuso de las mujeres: La determinación del papa Francisco

Durante su conferencia de prensa en el avión de vuelta de Emiratos Árabes Unidos, el Papa reconoció por primera vez que “hay sacerdotes y también obispos” que han cometido agresiones sexuales contra religiosas. Francisco subrayó que la Iglesia “debe hacer algo más”, pero que tiene “la voluntad de hacerlo” aunque sea “un camino que viene de lejos”. Por su parte, la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) invitó ayer a las víctimas a presentar denuncias

Durante su tradicional conferencia de prensa en el avión de regreso a Roma desde Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) el 5 de febrero de 2019, el Soberano Pontífice reconoció por primera vez los abusos sexuales contra religiosas cometidos por sacerdotes. “Es verdad, el maltrato de las mujeres es un problema. Me atrevería a decir que la humanidad todavía no ha madurado, la mujer es aún considerada ‘de segunda clase’. Comencemos por aquí”, destacó el Papa. Según Francisco, en la Iglesia “ha habido clérigos que han hecho esto; en algunas culturas es un poco más fuerte que en otras; no es una cosa que hacen todos, pero hay sacerdotes y también obispos que lo han hecho. (…) Desde hace tiempo estamos trabajando en esto”.

Las hermanas llamadas a denunciar los abusos

Después de la cumbre sobre abusos sexuales que se desarrolló en el Vaticano la semana pasada, la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) llamó el pasado lunes 25 de febrero a que las víctimas de abusos sexuales (o de otro tipo) a presentar denuncia, al mismo tiempo que expresaron su deseo de que se establezcan estructuras específicas para recibirlas. “Animamos a las religiosas víctimas de abusos sexuales, psico-espirituales o incluso de acoso —hay muchas maneras de abusar de una mujer— a denunciarlo”, declaró para la prensa sor Patricia Murray, secretaria general de la UISG.

Aunque la UISG es una organización reconocida canónicamente y que reúne a las superioras de más de 600.000 religiosas de todo el mundo, no dispone de estadísticas sobre estos abusos. “Existen, lo sabemos”, declaró esta religiosa irlandesa. Pero, “para avanzar, hacen falta denuncias oficiales”, insistió Murray, y eso exige un trabajo de educación, incluido dentro de las comunidades. “Como hermanas, y también en el seno de ciertas culturas, a veces pueden sentirse inferiores. Muchas veces las hermanas se han sentido sin voz, incluso tras haber denunciado las situaciones”, añadió sor Patricia Murray. Y, con frecuencia, no saben a quién recurrir.

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