¿Sabes elegir el agua embotellada que más te conviene?
Cada vez que vamos al supermercado y compramos el agua embotellada nos llevamos siempre la misma. ¿Por qué eliges esa y no otra? ¿Porque es la más conocida”? ¿Te has planteado qué contiene, en qué se diferencia con otras aguas? ¿Sabes si es la más adecuada tanto para ti como para tu familia?
La inmensa variedad de aguas genera una dificultad para diferenciar unas de otras: baja en sodio, levemente gasificada, natural, gasificada…
El envase no es lo más importante a pesar de que recomienden la botella de vidrio para evitar las toxinas. Lo que importa es el contenido. Y este caso la calidad no tiene porqué ir asociada al precio.
A la hora de elegir el agua mineral es necesario conocer y entender cómo se clasifican y “descifrar” la información que nos encontramos en la etiqueta de cada una de ellas.
Agua mineral natural. Es la más común en el mercado. Según el Codex Alimentarius es la que mantiene un caudal y calidad de flujo constante, contiene sales minerales y oligoelementos (minerales que tiene el organismo en pequeñas cantidades pero que son esenciales para la vida) y cuenta con la presencia de flora autóctona sana sin patógenos. Se embotella cerca de la fuente. Y si la etiqueta indica que aporta beneficios a la salud de sus consumidores, estos han de estar demostrados.
Agua de manantial. No tiene porqué demostrar que presenta efectos saludables para la salud. Se trata de agua potable, pura naturalmente, a la que se le aplica un mínimo tratamiento físico para asegurar su inocuidad.
Agua potable preparada. Cualquier agua sometida a un tratamiento fisicoquímico para hacerla potable. Se encuentran las de proveniencia subterránea o superficial y las de abastecimiento público (grifo).
Según su dureza: La determina el calcio y el magnesio. ¿Mejor duras o blandas? Dependerá de cada individuo.
Según su residuo seco (RS en la etiqueta). Es la presencia de sales minerales.
En ambos casos tienen un interesante efecto diurético. Se recomiendan a quienes padecen cálculos urinarios, hipertensión y en la preparación de alimentos infantiles y biberones.
Presentan un aporte en minerales muy destacable tales como el calcio y el magnesio. Se recomiendan a personas que presentan por ejemplo osteoporosis o para los deportistas que necesitan reponen minerales perdidos a través del ejercicio.
Según su composición química dominante, o sea, el mineral que se encuentre en mayor cantidad.
Tomar agua es esencial para nuestra salud y el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Para mantenernos hidratados lo podemos hacer a través del agua de grifo o canilla que se puede tomar sin problema (ya sea pasada por filtro o no) siempre y cuando sean potables y su sabor no sea desagradable.
O también con las aguas minerales naturales en sus diferentes variedades que encontramos en el mercado y que a partir de ahora la elegiremos de acuerdo a lo que necesite cada uno de nosotros.
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