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Tips para educar al adolescente desde la confianza

Un adolescente necesita saber que sus padres van a estar ahí cuando él los necesite. Necesita sentirse seguro en su hogar, en todos los sentidos.

Muchas veces con su conducta va a decir que no quiere saber nada de sus padres ni de su hogar pero al mismo tiempo necesita saber que están ahí.

Las medidas disciplinarias, en el caso de ser necesarias, deben ir siempre acompañadas de razones y estar en proporción a la falta que el adolescente haya cometido.

No olvidemos que las prohibiciones especialmente en este momento son un buena forma de elevar el atractivo de algo. Un control severo puede provocar una reveldía que de partida no existía.

Una de las cosas que más ayuda a construir la confianza es dar al adolescente la posibilidad de elegir.

Los padres pueden ayudar a sus hijos adolescentes a tomar decisiones, pero son ellos, los jóvenes, los que tienen que aprender a valorar sus opciones y a responsabilizarse de sus actos.

Si un adolescente sabe que sus padres están ahí, se sentirá más seguro a la hora de tomar sus decisiones y aprenderá cómo funciona el mundo adulto.

Las decisiones tienen consecuencias. Estas pueden ser negativas y es bueno que las experimenten, pero han de saber que no a están solo y que nuestro amor es incondicional.

Es importante para los jóvenes tener la posibilidad de vivir nuevas experiencias, de explorar los límites de su zona de confort.

Esto les ayuda a construir un carácter más emprendedor y ampliar sus horizontes personales y profesionales.

Para ello, los padres deben estar dispuestos a acompañar a sus hijos y permitirles que escojan, que busquen, que investiguen.

Hay pocas cosas que motiven más a un niño o a un adolescente que los aplausos y los reconocimientos de sus padres, ya sea en los deportes, en las creaciones artísticas o a nivel escolar.

¿Cuántas madres o padres hay que se preocupan por el orden o la comida de chicos de catorce años y no conocen o no les han preguntado nunca por sus sueños?

Los niños crecen y sus necesidades también y los padres sí quieren estar a su lado deben hacerlo también.

Por otro lado, no olvidemos que están empezando a hacer muchas cosas y que por lo tanto muchas las harán mal o serán muy mejorables. Pero si hay un momento en el que es importante valorar la intención es éste.

Finalmente, se debería dedicar el mismo tiempo a tratar las buenas notas como las malas notas  -a hablar con ellos, a encontrar una solución común e incluso a imporner algún incentivo o medida disciplinaria. Tan importante es una cosa como la otra por lo que dedicar un buen rato a celebrar los éxitos de tu hijo merece la pena.

Este comportamiento ayuda a evitar que el adolescente se centre en  sus defectos, con toda la cantidad de pensamiento negativos que esto puede generar.

5. No utilizar la crítica para hablar con un hijo adolescente

Es necesario buscar una manera alternativa de decir las cosas a un adolescente.

La crítica puede colocar una barrera entre padres e hijos.

No vale refugiarse en que se trata de una crítica constructiva, porque puede que el hijo no lo vea así. La crítica pone a uno por encima del otro y dificulta el acercamiento.

El hecho de dejar a un hijo que tome sus propias decisiones implica que se puede equivocar. Y aunque los padres sepan o intuyan que lo que va a hacer es un error, deben dejarle seguir adelante.

Y, llegado el momento, hay que dejarlo también que lo solucione por sí mismo.

Eso no significa dejarlo solo, al contrario, el adolescente debe saber que sus padres siguen ahí.

Los padres pueden ayudarle a buscar la solución proponiéndole opciones y dejándole que las valores.

Evidentemente, hay casos extremos en los que los padres deben tomar decisiones extremas y pararle los pies a sus hijos.

Los niños y los adolescentes aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan.

Por eso es importante que los padres mantengan una actitud positiva frente a sus hijos cuando estos toman decisiones para que confíen en sí mismos a la hora de elegir.

Esta actitud positiva hará que los jóvenes muestren más confianza y sean más positivos y decididos.

En este punto es importante el matiz: lo que a ellos les gusta.

No se trata solo de estar con ellos, ni de dedicarles tiempo de calidad. Se trata de disfrutar con ellos de lo que les gusta para conocerlos mejor y para ayudarlos a desarrollar sus intereses y sus talentos.

La adolescencia puede ser un periodo de la vida muy enriquecedor tanto para los padres como para los hijos si los primeros establecen las bases de una relación fundamentada en la confianza y el respeto mutuos.

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