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El Papa advirtió a la Curia del peligro de traidores y de corruptos

“Navidad nos recuerda que una fe que no nos pone en crisis es una fe en crisis”, dijo el papa Francisco en ocasión de los saludos de Navidad a la Curia Romana desde la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano este jueves 21 de diciembre de 2017.

“Una fe que no nos hace crecer es una fe que debe crecer; una fe que no nos interroga es una fe sobre la cual debemos preguntarnos; una fe que no nos anima es una fe que debe estar animada; una fe que no nos conmueve es una fe que debe ser sacudida”.

Como cada año, el Pontífice aprovechó su discurso para mover los ánimos de la misión de los curiales al servicio del Gobierno de la Iglesia Católica.

“En realidad, una fe solamente intelectual o tibia es sólo una propuesta de fe que para llegar a realizarse tendría que implicar al corazón, al alma, al espíritu y a todo nuestro ser, cuando se deje que Dios nazca y renazca en el pesebre del corazón”.

En el pasado había denunciado las “enfermedades de los eclesiásticos”, en otro discurso enumeró las posibles “curas”, el año pasado les advirtió de que no puede haber reforma sin un cambio de corazones. Y en esta ocasión, les exhortó a ser un único cuerpo con la Iglesia.

Les invitó a seguir la “estrella de Belén” que guía “donde yace el Hijo de Dios, no entre los reyes y el lujo, sino entre los pobres y los humildes”. En este sentido, citó a Ángel Silesio, en su Peregrino querúbico, quien escribió: «Depende sólo de ti: Ah si pudiera tu corazón ser un pesebre, Dios nacería niño de nuevo en la tierra»”. 

El Papa también advirtió del peligro “de los traidores de la confianza o los que se aprovechan de la maternidad de la Iglesia, es decir de las personas que han sido seleccionadas con cuidado para dar mayor vigor al cuerpo y a la reforma, pero —al no comprender la importancia de sus responsabilidades— se dejan corromper por la ambición o la vanagloria”.

Luego, señaló a esas personas que cuando son “delicadamente apartadas se auto-declaran equivocadamente mártires del sistema, del «Papa desinformado», de la «vieja guardia”.

El Papa así renovó sus fervientes deseos de Feliz Navidad para la Curia y sus seres queridos.

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