“Querido Santidad, quisiera una familia unida”: la carta de una niña al Papa
El papa Francisco que te esperas. Capaz de sorprender y de tender la mano con mucha sencillez a los más pequeños. Esta vez, Bergoglio ha decidido responder a una carta que llegó al Vaticano de Lombardía. Se la escribió una niña de la provincia de Cremone.
“Querido Santidad, quisiera una familia unida”. Con el candor y la determinación de sus años, la pequeña tomó papel y pluma y sin decir nada en casa escribió una carta al Papa para abrirle su pequeño corazón adolorido tras la separación de sus papás: “Quisiera una familia unida –escribió– en cambio, vivo con mi mamá y mis abuelos son muy buenos”.
Y desde la Secretaría de Estado del Vaticano llegó unos días después la respuesta de monseñor Paolo Borgia, asesor. Pocas líneas formales, pero que suscitaron sorpresa y emoción.
“El papa Francisco – se lee en la misiva firmada– ha acogido con vivo placer el bonito pensamiento con el que has querido manifestarle afecto y cercanía. Él te agradece por el filial gesto y… de corazón te envía a ti y a tus familiares su bendición” (http://www.laprovinciacr.it, 7 marzo).
Cada día llegan miles de cartas de niños al escritorio de Francisco. Algunas las ha recogido el padre Antonio Spadaro en “L’amore prima del mondo. Papa Francesco scrive ai bambini” (Rizzoli).
“Mi mamá está en el paraíso, ¿le crecerán alas de ángel?, escribe Luca, de 7 años, desde Australia, y el Papa le respondió con la verdad: “No, no le crecerán alas de ángel, pero será bella, espléndida y llena de luz” (http://www.acistampa.com, 10 marzo 2016).
Alessio Gulino, nueve años, originario de Catania, dibujó un niño vestido de monaguillo y escribió: “Querido papa Francisco, ¿alguna vez has estado junto al sacerdote como monaguillo?”. El pontífice respondió así: “Querido Alessio, sí, he sido monaguillo. ¿Y tú? ¿El del dibujo eres tú?”.
En la siguiente respuesta, el papa subrayó la considerable diferencia entre la actividad de monaguillo en los tiempos de su infancia y la situación actual: “Pero, mira, ahora es más fácil. Tienes que saber que cuando era niño la misa se celebraba de manera diferente a como se hace ahora. El sacerdote miraba hacia el altar, que estaba cerca del muro, y no a las personas. Luego, el libro con el que se decía misa, el misal, estaba puesto sobre el altar en la parte derecha. Pero antes de la lectura del Evangelio se cambiaba siempre al lado izquierdo. Esta era mi tarea: llevarlo de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. ¡Qué cansado, era pesado! Yo lo agarraba con todas mis fuerzas, pero no era muy fuerte: lo sostenía con mi cadera, y entonces el sacerdote me tenía que ayudar. ¡Era toda una hazaña!” (http://www.famigliacristiana.it, 1 marzo 2016).
La historia de Matteo Ribaldi circuló por toda la web. Él, un niño de 8 años, de tercero de primaria en el Instituto “Vittorino da Feltre”, en Foggia, invitó al Papa a visitar los monumentos de la ciudad y, sobretodo “a comer buena pizza que yo hago”.
“Querido Papa –añadió– yo soy un gran admirador de la Roma, y ¿a ti qué equipo te gusta?”. La respuesta de la Santa Sede no se hizo esperar mucho. De hecho, después de menos de diez días, Matteo recibió un sobre procedente del Vaticano que contenía las palabras del Papa el cual, además de abrazarlo, le envió su bendición a él y su familia.
El Papa también sació la curiosidad deportiva del pequeño Matteo, diciéndole que el equipo al que él le va es el San Lorenzo, de formación argentina (http://www.lagazzettadelmezzogiorno.it, 22 noviembre 2013).
Pablo, un niño de 11 años de Udine, le escribió a Francisco para contarle su vocación. En su carta, el joven había confiado al Papa la intención de emprender un día la carrera eclesiástica, pidiendo precisamente al papa Francisco un recuerdo en sus oraciones.
Pocas semanas después llegó la sorpresa: en casa estaba en el correo un sobre con el timbre del Vaticano dirigida a él, con una carta escrita por monseñor Peter Welles en nombre del papa Francisco.
La carta de Welles dice: “le has confiado al papa Francisco el servicio en el altar llevado a cabo con entusiasmo en la parroquia y el deseo de emprender tu vocación, pidiéndole el apoyo de su oración. Su Santidad te agradece por los sentimientos de afecto que han inspirado el gesto filial y te asegura su recuerdo en la oración para que el compromiso de servir en el altar haga madurar una genuina y afectuosa amistad con el Señor Jesús y te ayude a entender su proyecto de amor sobre ti, de corazón te envía a ti y a tus familiares la bendición apostólica, y la extiende a todas tus personas queridas” (http://www.lalucedimaria.it, 16 settembre 2015).
Riccardo, un niño de seis años de Monreale (Palermo) le dirigió una petición que ya desde hace tiempo llevaba en el corazón: tener a Francisco como padrino de confirmación. Ninguno en la familia creía que recibiría respuesta, pero llegó del Vaticano la inesperada sorpresa.
La carta, que llegó en días pasados, ha conmovido también a los padres, sobre todo porque el Papa le pidió al niño que orara por él, agradeciéndole el “gesto filial con el que quiso manifestarle su afecto”. Luego pidió la intercesión de la Madre de Dios para que proteja al pequeño en su camino y “de corazón” le impartió su bendición a Riccardo y a sus familiares (livesicilia.it, 6 giugno 2015).
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