El cura “ángel” de Mocoa: “Esta tragedia se veía venir”
“Necesitamos mucha ayuda aquí (…) de todo el país. Estamos acogiendo a las personas que han sido afectadas por la avalancha, la mayoría niños, ancianos y mujeres. Hay alerta de una próxima avalancha, la gente tiene miedo, hay pánico colectivo”.
Estas palabras pertenecen a Omar Parra, quien para muchos es considerado “el ángel” de los damnificados de Mocoa. Este cura solidario –director pastoral de la diócesis de Mocoa- atiende en un refugio a unas 1.500 personas que se vieron afectadas por el desborde de ríos que causó la avalancha de agua, piedras y lodo en la localidad colombiana.
Pero en diálogo con El Tiempo de Bogotá Omar también consideró que “esta tragedia se veía venir” y que de alguna manera había sido advertida por la iglesia luego de que desde hace tiempo se venía informando acerca de esta situación propensa a este tipo de acontecimientos.
“Hace tres años hubo un simulacro de avalancha y la gente salió paranoica a la calle (…) Se había informado a la gente, a las alcaldías, pero no se hizo la prevención necesaria y hoy vemos las consecuencias de esta catástrofe”, prosiguió.
Omar es un auténtico testigo del sufrimiento del pueblo de Moca. “Una gran parte de los muertos son ancianos y niños, los más desprotegidos. Eso me duele mucho”, expresó a ese medio colombiano.
Es que desde la madrugada del sábado, cuando comenzó la tragedia, Omar no ha parado de asistir a los habitantes de Mocoa y a cada rato se le presenta gente pidiéndole ayuda. Hasta su propia casa oficia de albergue para algunas personas.
Durante sus pocas horas de reposo en lo único que piensa es en los que murieron, en los heridos y también en los que sobrevivieron.
“No puedo dormir, de inmediato me levanto y salgo en mi camioneta a transportar gente, colaboro en lo que puedo y vuelvo al albergue a las 5. Así me la paso todo el día”, expresa.
Y así transcurren los días de Omar, ayudando a servir comidas de forma incansable y manteniendo el aseo en la zona para que no se propaguen las infecciones.
De momento, mientras Omar sigue consolidando en su persona aquello de “ángel” de los damnificados y verdadero testigo del dolor de Moca- la tragedia que enlutó a Colombia durante los últimos días ya dejó más de 300 muertos, además de una seria afectación de los servicios básicos como agua y energía eléctrica.
Este jueves el enviado del papa Francisco en Colombia, Ettore Balestero, ofició una misa en Mocoa junto a todos los sacerdotes de la diócesis en memoria de las víctimas de la tragedia.
“Voy a expresar la caricia y la cercanía del Santo Padre, su oración por las víctimas y su solidaridad con todos sus familiares y con los que están sufriendo, y a agradecerles a todos los que se están comprometiendo con esta situación”, había dicho previamente a El Tiempo de Bogotá, además de recordar que el propio Francisco le pidió que fuera personalmente al lugar.
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