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Un crimen sin cadáver: la historia del Santo Niño de La Guardia

La historia del Santo Niño de La Guardia es, por decir lo mínimo, compleja. Lejos de tratarse de una devoción asociada con el Niño Jesús –como el nombre podría falsamente sugerir-, se trata de uno de los casos más oscuros de la llamada leyenda antijudía de la calumnia de la sangre; esto es, una serie de acusaciones, originadas en la Europa de la baja Edad Media, en las que se afirmaba que los miembros de las comunidades judías del continente realizaban crímenes y sacrificios rituales con sangre humana, en recreaciones de la Pasión de Cristo, usando niños cristianos, a quienes supuestamente crucificaban.

Estos llamados libelos de sangre, que propiciaron un clima antijudío tan tenso que algunos autores dicen que influyeron en la expulsión de los judíos de España,  aparecieron lo mismo en Inglaterra (con el célebre caso del santo niño de Hugh De Lincoln) que en la Europa continental.

De hecho, algunos historiadores señalan que el caso del Santo Niño de La Guardia, ocurrido en 1491, dio impulso para dictar el decreto de expulsión, que se firmó en 1492, aunque en el propio decreto de expulsión no se hace mención alguna del caso, por lo que se deduce que, cuando menos, los reyes no cayeron en este tipo de provocaciones.

Durante el siglo XVI, la leyenda hagiográfica alrededor del niño creció hasta tal punto que, aún hoy, en La Guardia (Toledo) se le sigue rindiendo culto como santo patrono del pueblo, en la ermita que se la ha dedicado, donde se dice que los asesinos habrían enterrado al niño.

Pero, de acuerdo a los documentos del proceso, las primeras detenciones se hicieron sin contar con ningún tipo de evidencia, sin haber iniciado ninguna investigación. De hecho, ni siquiera consta que se hubiese reportado la desaparición de ningún niño en la localidad, ni se había conseguido ningún cadáver.

De hecho, los primeros detenidos, cuatro judíos conversos, habían sido inicialmente acusados sólo de incurrir en prácticas “judaizantes” (probablemente guardar el sábado en lugar del domingo, o de celebrar ambas fiestas).

Fue durante los interrogatorios de los que fueron objeto en prisión cuando la leyenda del sacrificio del niño fue tejiéndose, incluso sin saber el nombre del niño, sin que sus padres apareciesen, sin denuncias formales.

El proceso está lleno de irregularidades, silencios, contradicciones, calumnias e incoherencias pero, aún así, la ermita dedicada al Santo Niño de La Guardia sigue allí, en la localidad de La Guardia, en Toledo, y sus ferias se celebran del 23 al 28 de septiembre, año tras año.

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