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Si quiere visitar la Basílica de San Marcos, en Venecia, quizá tenga que tomar un número.

Las autoridades en Venecia podrían poner un tope al número de visitantes a los que se les admitiría entrar en la ciudad, para procurar hacer frente a lo que ya es considerado un problema de sobrepoblación.

“Estamos pensando en ello; no es definitivo, pero lo estamos considerando”, dijo un representante de la oficina de Paola Mar, la concejal de turismo de Venecia, según se lee en esta nota publicada por The Telegraph.

Los temporadistas ya no son vistos con tan buenos ojos por los residentes de la ciudad, que recibe casi setenta mil turistas a diario, muchos de los cuales son pasajeros de cruceros.

El septiembre pasado, cientos de manifestantes usaron góndolas y algunas otras pequeñas embarcaciones para evitar que los cruceros pasaran por la laguna. Ya en agosto habían aparecido distintos carteles, escritos en inglés, alrededor de la ciudad, en los que se leía: “¡Váyanse, turistas! ¡Están destruyendo la ciudad!”.

La protesta no es en vano: en julio, las Naciones Unidas advirtió que Venecia sería incluida en la lista de sitios patrimoniales en peligro de desaparición de la Unesco si Italia no prohíbe los cruceros gigantes que atraviesan la laguna de la ciudad para 2017.

Para leer la nota completa (en inglés) en The Telegraph, puede hacer clic aquí.

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