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Los baríes: Una comunidad indígena que es ejemplo de diálogo

Actualmente habitan en la frontera entre Venezuela y Colombia, en la región de Catatumbo (Norte de Santander), pero su origen se remonta a la América precolombina.

Calificados tradicionalmente como un “pueblo guerrero”, el estilo de sus miembros en cuanto al relacionamiento con otros fue virando con el transcurso de los años hasta transformarse hoy en día en un pueblo indígena ejemplo de diálogo en Colombia, tal cual refleja un especial sobre el proceso de paz publicado por El Espectador de Bogotá.

Es que a estos indígenas siempre fueron reconocidos como “motilones o salvajes”.  Incluso, en una ley que data del año 1931 ya se les brindaba a empresas petroleras extranjeras que se instalaban en la zona garantías para prevenir posibles ataques de estos grupos.

Estos indígenas luchaban por la defensa de su territorio a como diera lugar, incluso matando a sus oponentes.  Para ellos, todos los occidentales eran el enemigo, confirmó el joven barí Osvaldo Taitaina a El Espectador.

El punto de inflexión llegó recién hacia el año 1961 cuando un joven noruego, Bruce Olson, se metió en sus territorios. Gracias a él sus formas cambiaron. Este noruego fue herido por los baríes, pero también curado con sus medicinas. Permaneció junto a ellos durante bastante tiempo y les enseñó que “la única manera de tratar a las personas es mediante el diálogo”.

Tal es así que en el año 1988 el Ejército de Liberación Nacional (ELN) secuestró a Olson y los indígenas salieron a su rescate. Sin embargo, esta vez, algo había cambiado. No fueron las armas las que imperaron para la liberación de Olson, sino el diálogo.  Desde aquel momento “la tradición guerrera quedó sepultada”, enfatiza El Espectador.

Superada esta etapa, un nuevo desafío se avecinó. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla y la puja por las tierras. Una vez más, el diálogo fue lo que imperó para defender sus derechos.

Aquellos años igualmente fueron duros, pues varios miembros de la comunidad igualmente fueron víctimas del conflicto. No obstante, la estrategia de usar el diálogo como defensa ya no tenía marcha atrás.

Al día de hoy los baríes siguen presentes en Colombia y las diferencias persisten con algunos campesinos, una vez más por el tema tierras. Pero los miembros aprendieron de las lecciones del pasado y hasta se atreven a dejar un mensaje a los integrantes de la sociedad en momentos en que tanto se habla de acuerdos de paz.

“Sigan nuestro camino. Nosotros alguna vez estuvimos en conflicto, pero nos dimos la oportunidad a nosotros mismos. El mensaje es que se den una oportunidad. No es necesaria la violencia para solucionar los problemas”, señaló uno dos indígenas a El Espectador.

En base a especial publicado por El Espectador de Bogotá “Colombia 2020 Construyendo el país”

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